LAS ORGANIZACIONES DE MUJERES Y LAS OPORTUNIDADES DE PAZ EN COLOMBIA[1]:
Por:
Hernando Uribe Castro
Magíster en sociología
El conflicto armado con bases políticas y sus
secuelas en el conflicto social y la violencia en todos los ámbitos de la vida
cotidiana, se entrelazan con la constante precariedad y violación de derechos
sobre todo de sectores vulnerables, en los que las mujeres son permanente
afectadas y sin embargo, protagonizan procesos de reconstrucción del tejido
social que deben ser reconocidos.
Las mujeres,
hoy más que nunca, en este país se han venido configurando como actoras
sociales en la construcción de prácticas de justicia - sean institucionales o
alternativas -, sobre la forma como se construyeron esas prácticas en
situaciones de conflicto social o jurídico, y el aporte de éstas a la
justiciabilidad de los derechos de las mujeres y de sus comunidades.
Existen experiencias donde las mujeres han
logrado establecer la justiciabilidad de sus derechos en la construcción de
prácticas de justicia alternativas y además el logro de la justiciabilidad de
derechos sociales, económicos y culturales de sus comunidades, como precisamente
la organización Paz y Bien y otras muchas existentes en la ciudad y en el
campo.
Abordar estas experiencias de mujeres, sin duda
que es una contribución significativa hacia el cambio social. Las mujeres y sus
organizaciones están presentes frente a la violencia cotidiana, la pobreza y
los conflictos intrafamiliares y de jóvenes; otras frente al secuestro y el
conflicto militar-colombiano; y otras organizaciones frente a la explotación
laboral, el sometimiento étnico-cultural y discriminación. Siempre buscando
mecanismos de participación, de diálogo y de resistencia.
El movimiento social de mujeres es el alma de
estas reivindicaciones y procesos organizativos, evidencia la trasformación de
su papel de madres, esposas, compañeras y trabajadoras, a mujeres actoras de la
sociedad civil y gestoras del post-conflicto y de la justicia en Colombia, como
construcción alternativa de confrontaciones y justicias por vías ciudadanas.
Ellas preparan el futuro del conflicto en problemas estratégicos de diversa
índole, aun con contradicciones -muchas de ellas fructíferas-: generando
productividad y recursos legítimos para superar la pobreza, a la vez que
protegiendo sectores de población vulnerables; posicionándose políticamente a
pesar de que expresan algunas resistencias a la política como representación;
estableciendo formas de justicia y de gobernabilidad populares y alternas, sin
dejar de exigir justicia por sus derechos; aportando en la organización de un
Estado social de derecho y de la sociedad civil, no obstante que deslegitimen
el Estado “gendarme” colombiano, siendo víctimas e interlocutores de actores
violentos y sin embargo impulsando la mediación, el intercambio humanitario y
la resolución pacífica de conflictos; trascendiendo socialmente y
resignificando en buena medida su papel de madres, esposas, compañeras y
trabajadoras, sin dejar de serlo y aunque algún sector no resignifica
socialmente estos papeles.
Hay tareas por desarrollar, pero la lucha sigue
y también tienen esperanza. La presencia de las mujeres en los procesos de
conversaciones, diálogo y negociación es vital para la paz en Colombia.
[1] Apartes del informe final de investigación del grupo
en conflictos y organizaciones en 2006. Departamento de Ciencias Sociales. GÉNERO,
CONFLICTO Y PRÁCTICAS DE JUSTICIA EN LA CIUDAD DE SANTIAGO DE CALI- COLOMBIA. (Gato, Rodríguez, Orozco y Uribe)