Este es un espacio que propone reflexiones y debates sobre la inter-retro-conexión sociedad en la Naturaleza y la Naturaleza en la sociedad.

Hernando Uribe Castro, derechos reservados. Citar la fuente. Plantilla Simple. Imágenes de la plantilla degaffera. Tecnología de Blogger.


lunes, 7 de abril de 2025

RELEVANCIA ACTUAL DE LA GEOGRAFÍA HISTÓRICA DE CARL SAUER

Relevancia actual de la Geografía Histórica y Ambiental de Carl Sauer
 
Por:
Hernando Uribe Castro
Doctor en Ciencias Ambientales
 
En un mundo marcado por crisis ambientales, transformaciones territoriales aceleradas y conflictos socioespaciales, la geografía histórica se potencia como un campo de conocimiento fundamental para comprender las dinámicas entre las sociedades y sus entornos a lo largo del tiempo. 
 
Inspirado en los postulados de Carl O. Sauer —quien defendió una geografía humana genética y retrospectiva—, este artículo explora la vigencia contemporánea de su enfoque, su metodología y sus aportes frente a desafíos como el cambio climático, la justicia ambiental y la planificación territorial. 
 
Sauer (1980) planteó que la geografía debía estudiar los paisajes culturales como "acumulaciones de experiencia práctica" (p. 42), donde el hábitat y la cultura interactúan en procesos históricos. Para este autor, la geografía histórica tenía como objeto "el estudio comparativo de culturas localizadas en áreas, llamemos o no paisaje cultural a su contenido descriptivo" (p. 42). Esta visión, por un lado, rechaza el determinismo ambiental —como el climático o geológico— y, por otro, enfatiza la agencia humana en la transformación del espacio, integrando tiempo y espacio para analizar cómo las sociedades reinterpretan y readaptan su entorno. 
 
En la actualidad, esta perspectiva es crucial para entender tanto los desequilibrios territoriales como las desigualdades socioambientales. Por ejemplo, ¿por qué ciertos grupos humanos enfrentan con mayor rigor los efectos del capitalismo en sus entornos? La geografía histórica revela procesos de colonización, extractivismo o abandono estatal que explican vulnerabilidades actuales. Además, resulta esencial para planificar ciudades más sostenibles, estudiar la evolución de los usos del suelo —como humedales urbanizados que mitigan inundaciones o islas de calor— y conservar patrimonios bioculturales al rescatar prácticas ancestrales, como la agricultura en terrazas, que pueden inspirar modelos de resiliencia ecológica. 
 
La geografía histórica demuestra que las sociedades han alterado ecosistemas durante siglos —como la deforestación prehispánica en Mesoamérica o la erosión en el Mediterráneo antiguo—, pero también han desarrollado sistemas de manejo adaptativo. Desde esta perspectiva, los "desastres naturales" rara vez son exclusivamente naturales, ya que inundaciones o sequías suelen agravarse por decisiones históricas inadecuadas, como la canalización de ríos para monocultivos. 
 
La propuesta metodológica de Sauer (1980), basada en trabajo de campo, análisis documental e interdisciplinariedad, se enriquece hoy con herramientas modernas como los Sistemas de Información Geográfica (SIG), que permiten cartografiar cambios en coberturas vegetales o usos del suelo. También incorpora enfoques como la paleoecología —mediante el análisis de polen o sedimentos para reconstruir paisajes pretéritos— y estrategias como la etnogeografía, que integra saberes locales al estudiar comunidades campesinas o indígenas. 
 
Un aspecto central del pensamiento de Sauer es el análisis regional: "El geógrafo histórico debe ser, por lo tanto, un especialista regional, porque no solamente debe conocer la región tal como es hoy; debe conocer tanto sus lineamientos como ser capaz de encontrar en ella rastros del pasado, debe saber tanto de sus cualidades como poder verla tal como fue en situaciones pasadas" (p. 44). 
 
La geografía histórica enfrenta retos significativos, como la fragmentación de fuentes —debido a archivos dispersos o destruidos— y el negacionismo ambiental, que ignora el impacto humano acumulado, como sucede con los discursos que niegan el cambio climático. Sin embargo, también ofrece oportunidades, como la educación ambiental crítica, que enseña que los paisajes son resultado de procesos sociohistóricos, y la formulación de políticas públicas basadas en evidencia histórica para planes de ordenamiento territorial que consideren riesgos y prácticas tradicionales. 
 
En conclusión, la geografía histórica es un cuerpo intelectual del pasado, sino una herramienta clave para navegar las crisis socioecológicas actuales. Como advirtió Sauer, entender el espacio requiere mirar "todo el tiempo humano", desde las primeras modificaciones antrópicas hasta los conflictos contemporáneos. En América Latina —donde convergen biodiversidad, injusticias históricas y saberes ancestrales—, este enfoque es vital para construir futuros más justos y sostenibles. 
 
Referencias clave:
 
Sauer, C. O. (1980). Introducción a la geografía histórica [1940]. Cuadernos de Geografía: Revista Colombiana de Geografía, 2 (1), 35-56.