LAS TRAMPAS DEL CAPITALISMO, LA FALSA IDEA DE PROGRESO
Y
LA INGENUIDAD DEL CIUDADANO
Por:
Hernando Uribe Castro
Magíster en Sociología
El 19 febrero de 2012,
el periódico EL PAIS publica una noticia bajo el titular “El MIO con nuevos
recursos para obras”[1],
formulando la pregunta ¿Qué hará Metrocali con los $189.000 millones del Banco
Interamericano de Desarrollo? La respuesta es que “Los dineros serán destinados
a la Troncal de Aguablanca y la Glorieta Estación, entre otros.”. Y por
supuesto, estos anuncios se presentan como beneficios que son importantes para
toda la comunidad caleña y para el desarrollo de la ciudad.
Los grupos hegemónicos
que jalonan la economía capitalista han demostrado que tienen un dominio sobre
la estructura social así como la capacidad de insertarse en las estructuras
mentales de los individuos y hacerles creer a estos que no existe ninguna otra
forma de sociedad que esté por fuera de las relaciones que exige el capital a
través del intercambio
monetario, los bienes materiales y el consumo. Es decir, el modelo capitalista construye los individuos que requiere y necesita para su sostenibilidad.
monetario, los bienes materiales y el consumo. Es decir, el modelo capitalista construye los individuos que requiere y necesita para su sostenibilidad.
Al formar individuos
bajo estos parámetros por medio de instituciones sociales como la familia, la
escuela y los medios de comunicación, se impone la idea según la cual no hay
otra posibilidad de sociedades diferentes a las del capitalismo. Los individuos
en sociedad a través de sus acciones y el comportamiento cotidiano lo que hacen
es reproducirlo de manera permanente y continua.
Formados en esta
dirección, el ciudadano no logra comprender que detrás de todas aquellas obras
e infraestructuras que se presentan como parte del progreso de la ciudad, el
beneficio real será para los gremios económicos y no tanto para el ciudadano
común y corriente; no es fácil llegar a esta conjetura porque la ciudadanía considera
que justamente este tipo de obras son realizadas por gobiernos locales en
beneficio de la ciudad. Lo que no
alcanzan a percibir los individuos es que justamente son este tipo de
expresiones de desarrollo las que conllevan a que se reproduzca el capital a
través dela reinversión de sus excedentes, pues sólo las clases hegemónicas están
en la capacidad de hacer tales inversiones con cantidades considerables de dinero
en una ciudad; y de esta forma sus inversiones duplican sus ganancias y así, logran mayor
acumulación de riqueza y poder. Este es el planteamiento central del geógrafo y
teórico social David Harvey.
Las ciudades de hoy
construyen importantes infraestructuras, remodelan edificios tumbando los antiguos
y construyen nuevos, construyen estadios deportivos, se eliminan los centros históricos
y sobre estos se construyen otros más modernos que se presentan como parte del
progreso de la ciudad. Esto significa que la ciudad se convierte, también, en
espacio de la obsolescencia programada.
No es raro encontrar permanentemente reparaciones de vías y construcciones de
obras que después terminan por ser inservibles y desarrollos urbanísticos que
pasan de moda y que después de un tiempo se convierten en áreas olvidadas y que
por lo tanto requieren ser renovadas o reubicadas. Esto beneficia, por
supuesto, a las pocas firmas inversionistas que están interesadas en que sus
capitales entren en circulación y por tanto, se reproduzcan los excedentes de
capital. El crecimiento de las ciudades se convierte en aliado importante de
las fuerzas del capital porque las ciudades no paran de crecer, aglomeran grandes
cantidades de población y son espacios que siempre requerirán mantenimiento y
desarrollo bajo la idea de progreso. ¿Por qué en las ciudades se construyen
obras que con el paso del tiempo se vuelven obsoletas, o no cumplen una función
importante? ¿Por qué se remodelan estadios y por qué se construyen grandes
complejos comerciales? Ejemplo de ello, es lo que acontecerá en XXX Juegos Olímpicos que se celebrarán entre el 27 de julio y el 12 de agosto de 2012 en la ciudad de Londres, Reino Unido. Para responder a las exigencias que demandará tal evento, se vienen
construyendo imponentes escenarios, algunos de los cuales se demolerán cuando
las justas deportivas culminen. Pero ¿por qué ocurre ello? ¿Será acaso producto
de las fuerzas del mercado, que requieren movilizar de manera permanente su
capital? ¿A qué costos sociales, ambientales y económicos ocurre ello?
Respuestas a los anteriores interrogantes, sólo pueden ser entendidas si el
ciudadano común y corriente tuviera la capacidad de develar las lógicas del
capital, su idea de beneficio y progreso para las sociedades.
Hoy sabemos que estas
obras están encaminadas a fortalecer especialmente las fuerzas del mercado, pretenden
reproducir y movilizar excedentes de capital que van a beneficiar a estos
grupos poderosos con mayores niveles de acumulación, y así se van generando mayores
desigualdades, injusticias sociales e inequidad social.
Por eso no es raro
encontrar que en las principales ciudades colombianas y en general en las
ciudades latinoamericanas y en el mundo capitalista, aparecen firmas internacionales y emporios globales interesados en desarrollar proyectos
de infraestructura urbana. En esta medida, a través de estas infraestructuras
urbanas se pretenden procesos de integración entre puntos locales desde donde
se extraen una serie de recursos hacia puntos de transformación de estos
recursos en circulación del plus valor como medida para garantizar la
producción del sistema.
Se tiene así, una
relación entre la ciudad, la forma cómo se reproducen los capitales y justamente,
el modelo de sociedad moderna; una sociedad moderna llena de apariencias que
conllevan a ocultar lo que verdaderamente hay detrás de esos procesos de
progreso y de desarrollo.
huribe
@uao.edu.co
24 de febrero de 2012