MENSAJE URGENTE A LOS GOBIERNOS DEL PLANETA ANTE LOS
HECHOS DE TRANSGRESIÓN DE LOS LÍMITES PLANETARIOS
Por:
Hernando Uribe Castro
Doctor en Ciencias Ambientales
A casi un año de haberse conocido el reporte realizado
por el Stockholm Resilience Centre (https://www.stockholmresilience.org/research/planetary-boundaries.html) en el que se informó sobre la grave crisis
ambiental y ecológica del planeta -dado su deterioro que supera más de un 40% de
la capacidad de la Tierra, y de cómo a mediados del 2023 la humanidad había transgredido
las fronteras de seis de los nueves límites planetarios (Planetary boundaries)-, la sociedad humana continúa en sus prácticas
de locura destrucción.
La importancia de mantener estos límites dentro del
área de seguridad es que, a este nivel, aún, pueden regular la estabilidad los
procesos del sistema planetario conducentes a la posibilidad de la
habitabilidad del planeta. Al pasar la línea de frontera estos límites fueron
transgredidos, por lo que al 2023, seis de los nueve se consideraron de gran
preocupación: 1) cambio climático, 2) deforestación, 3) pérdida de
biodiversidad o destrucción de la biosfera, 4) productos químicos sintéticos,
incluidos los plásticos, 5) agotamiento del agua dulce y 6) uso de nitrógeno.
Los otros tres límites son: 7) Acidificación de los océanos,
8) agujero de ozono y 9) los aerosoles atmosféricos.
Aunque el informe plantea la situación de los nueve límites
reconocidos por los científicos, aún se están realizando investigaciones con el
propósito de poder detectar la existencia de otros posibles límites no catalogados y que
pueden ser tan importantes como los nueve ya identificados. Algunos de estos
otros límites podrían estar asociados, tanto a procesos relacionados con los comportamientos
humanos como a los establecidos por el Stockholm
Resilience Centre, como a aquellos que pueden estar relacionados tanto con
dinámicas internas planetarias así como por dinámicas de condiciones cósmicas
provenientes de fuera del planeta y que caracterizan el momento presente del
movimiento galáctico como ha sido indicado por el grupo de científicos que
apoyan el proyecto Sociedad Creativa (https://creativesociety.com/es).
A pesar de existir diferencias importantes entre el Stockholm Resilience Centre y el Proyecto Sociedad Creativa en explicar
los elementos causantes que originan la difícil situación del planeta, lo
cierto es que ambos frentes de trabajo concuerdan con el hecho de que, está en
las manos de los ciudadanos y, en general de la sociedad humana, la urgente
posibilidad para transformar este rumbo de destrucción con el fin de garantizar
la habitabilidad del planeta y por tanto, sus condiciones de existencia.
Esto, en términos concretos, significa que al
traspasarse fluida y aceleradamente las fronteras de aquellos factores que
hacen parte del complejo sistema biofísico de la Tierra, la vida se encuentra
frente a un altísimo riesgo de enfrentar cambios ambientales y ecológicos
abruptos, extremos e irreversibles que pueden llegar a eliminarla y erradicarla
del planeta. Muchos de estos efectos se están experimentando desde ya, en
diferentes lugares y latitudes del planeta. Lo observado con la temporada de huracanes es desconcertante, no solo por su monumental tamaño, sino porque empiezan a formarse en lugares que era impensables, como efectivamente se puede observar en las aguas del Oceáno Pacífico frente a las costas del país mexicano.
No ha bastado con los datos, los informes, los foros
mundiales, así como tampoco ha sido suficientes los testimonios alarmantes y
los llamados realizados por distintos agentes sociales entre los que se
encuentran algunas organizaciones de ambientalistas, comunidades locales y
gobiernos de Estado que reconocen la precaria salud planetaria y el estrecho
límite de maniobra que aún queda para salvar a esta humanidad.
Recordar la preocupante imagen que compartió el
Stockholm Resilience Centre sobre la evolución de este proceso de transgresión:
Fuente: https://www.stockholmresilience.org/research/planetary-boundaries.html
A pesar de esta compleja y delicada situación y del
llamado urgente que se hace desde el mundo científico y de los saberes
ancestrales, persiste y se profundiza de
modo perjudicial en el mundo, el escalamiento de la situación armamentista y
guerrerista entre naciones, el acelerado deterioro por contaminación y
explotación de ecosistemas estratégicos, el excesivo abuso a los territorios por
la producción creciente e ilimitado de procesos industriales, empresariales y
corporativos para acaparar mayor producción y más ganancias económicas, así
como una persistente desidia y negligencia de una gran masa de ciudadanos que,
entretenidos por los medios, los aparatos, la vida banal y las tecnologías, se
encuentran ajenos, desinteresados y distantes de esta precaria realidad, porque
logró esclavizar sus conciencias.
Mientras esta situación debería llamar a la unión de las fuerzas sociales, políticas y económicas, en la defensa de la vida, en nuestros países, como efectivamente sucede en la Colombia de hoy, experimentamos grandes divisiones por fundamentalismos políticos, arrogancia, corrupción y prestigios de unos sectores poderosos y privilegiados que ha pretendido incomodar, entorpecer, obstaculizar, torpedear y atrancar (Incluso, con intentos de golpe de Estado), todas las estrategias de acción de un gobierno progresista que se comprometió con la defensa de la dignidad del pueblo, la defensa de la vida, de los ecosistemas y la justicia ambiental.
Es urgente
que, como humanidad, junto a nuestros gobiernos locales y estatales, afrontemos
estos hechos y con responsabilidad le demos la cara en busca de soluciones
urgentes y prácticas. Es una oportunidad planetaria para alcanzar la unión y el
trabajo conjunto que promueva oportunidades y otorgue direcciones que produzcan
virajes hacia la vida de un modo más responsables; de igual forma que potencien
formas de gobernabilidad y fortalecimiento de las instituciones capaces de
dirigir este cambio, asociadas a formas de gobernanza más participativas e
incluyentes.
Esto
implicaría acciones y procesos de gran trascendencia como, por ejemplo:
· Un sistema global que permita
democratizar un sistema de alerta temprana y participativas que pueda proveer
de datos -en tiempo real- y que, mediante procesos pedagógicos muy claros, se
informe a la humanidad de la situación catastrófica a la que nos enfrentamos.
Los temas asociados a los límites planetarios utilizan todo un mercado
lingüístico muy técnico y de gran altura que no llega, muchas veces, a la
comprensión de todos los ciudadanos del mundo. Esto implicaría la construcción
de todo un sistema de mensajes claros y contundentes que podrían llamar la
atención y la comprensión de todos y todas.
· Una transformación o revolución
educativa con pedagógicas y didácticas, correctas, claras y reveladoras que
potencien prácticas de reflexividad de conciencia para fomentar la sabiduría. Implicaría
incorporar en los currículos escolares y de educación media el área Ciencias de
la Sostenibilidad, conformada por la enseñanza-aprendizaje de disciplinas como
la Ecología, la Geografía (física y humana), Filosofía ambiental e Ingeniería
Sanitaria, entre otras de gran importancia para comprender la sostenibilidad.
En pocos años, el país contaría con masas de ciudadanos mejor cultivados en
estos temas, y pondrán alcanzar mejores niveles de sensibilidad con el sistema
de vida planetaria e, incluso, estar mejor capacitados para comprender, desde
estas primeras bases educativas y sin dificultad, los llamados y toda la
información que se procesa en cuanto a los informes científicos.
· Flexibilidad para la gobernanza sostenible.
Esto significa que las viejas estructuras que
conforman la institucionalidad estatal fueron creadas en un momento distinto al
actual. Por ello, su incapacidad de actuar ante escenarios como el actual, a lo
que se suma dificultad en la comprensión y marcos políticos-legales para la
acción. Esta situación exige que los Estados requieren con urgencia ponerse al
orden del día y a la altura que exige esta grave situación planetaria. Es
urgente la reestructuración del esquema institucional Estatal que pueda
afrontar política, legal y de modo práctico el escenario de crisis global y de
transición hacia la salvación del planeta. Construir en sus territorios
nacionales, sistemas eficaces de gobernanza en todos los niveles
geográficos que conforman su estructura.
· Igualmente, estas transformaciones
deben involucrar aspectos asociados a los marcos jurídicos. Se hace urgente que
se configure, lo que podría ser una Jurisdicción Especial para la
Sostenibilidad (JES) donde se configuren jueces con conocimientos profundos en
temas ambientales y ecológicos. La JES tendría la función de administrar
justicia transicional y conocer de los delitos y daños ambientales cometidos en
el marco de la crisis ambiental y ecológica en el país. Este ente debería
enfocarse en los delitos más graves y representativos del conflicto
socioambiental, de acuerdo con los criterios de selección y priorización que
sean definidos por la ley y los magistrados. Atendería conflictos
cometidos por: todos aquellos cometidos por las instituciones del mismo Estado,
por los empresas y corporaciones privados y por otros, como los grupos
ilegales, como los promotores y ejecutores del narcotráfico, la biopiratería,
entre otros.
· Del mismo modo, que estados y
sociedad recuerden y asimilen la importancia de otorgar papel central a la
flexibilidad ante las situaciones de incertidumbre que emergen dada la
complejidad del funcionamiento del sistema planetario, así como de poder
comprender estos nuevos escenarios para la toma de decisiones que permitan un
actuar. En ello es clave, los dos puntos anteriores indicados como
capacidad de maniobra: el sistema de alertas tempranas como la gobernanza
sostenible. Todo esto deben funcionar de modo coherente y sintonizados.
El objetivo central de todo ello
sería retraer los datos de los límites planetarios a la región segura, donde
exista capacidad de control, maniobra y manejo, garantizando así, las
condiciones de vida en el planeta.