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martes, 21 de enero de 2014

TRANSITAR LA "AUTOPISTA" SIMÓN BOLÍVAR EN CALI: UNA TRAMPA MORTAL

LA AUTOPISTA SIMÓN BOLÍVAR DE CALI: UNA TRAMPA MORTAL  

Por
Hernando Uribe Castro
Magíster en Sociología

Nada es más peligroso en la ciudad de Cali que transitar como peatón, ciclista, motociclista y conductor sobre la “autopista” Simón Bolívar que atraviesa la ciudad de norte a sur, sobre su lado oriental. La Simón Bolívar no sólo es una avenida que presenta grandes problemas estructurales, (no tiene zonas bermas y la señalización es nula), sino que se ha convertido en una frontera mental que divide  a Cali en dos partes: la tradicional y la Cali pobre, al oriente.

Para los peatones esta es una avenida que no posee un espacio público de calidad, en términos de andenes para todos los públicos, zonas iluminadas, señalización peatonal, seguridad y fácil movilidad. Una persona en condición de discapacidad tiene problemas para desplazarse por estos sectores, debido a la cantidad de trampas mortales que existen. Existen zonas que son imposibles de transitar en horas de la noche. Los peatones se exponen al peligro y a la alta contaminación de los vehículos. El sistema de transporte público que se moviliza por este sector todavía presenta grandes deficiencias en el servicio.

Para los ciclistas existe una ciclo ruta que fue construida en algunos sectores. Pero ésta, además de no contar con los requerimientos técnicos, su falta de mantenimiento, sufre un visible deterioro. Hoy, la ciclo ruta es una trampa mortal, no solo porque no cuenta con el diseño apropiado para garantizar la vida de sus usuarios, sino porque sobre ella se cometen delitos por falta de control y vigilancia. Los ciclistas prefieren exponer su vida haciendo uso de los carriles de los autos y no de los dispuestos para ellos en la ciclo ruta.

Para la comunidad, y de modo especial para los conductores de autos, la autopista Simón Bolívar es una de las peores avenidas de la ciudad. No posee señalización en el asfalto, de tal modo que indique claramente cuántos carriles existen, por dónde se debe de transitar, cuál es el paso obligado de peatones; además, existe un millar de huecos en toda su extensión y no hay claridad en la señalización de las normas de tránsito. Sobre ella transitan desde vehículos de carga pesada hasta ciclistas y sobre ella se desplazan centenares de motociclistas a altas velocidades. Sumado a ello se tiene la poca luminosidad, los excesivos semáforos, la falta de pasos para los peatones de un lado a otro. En la avenida Simón Bolívar se puede encontrar un puente peatonal con un semáforo debajo de él. También una señalización que expresa 30 km/hora y dos metros más adelante otra señalización que exige 60 Km/h y un metro más adelante un semáforo.

La cuestión es que estos hechos se vienen denunciando desde hace muchos años sin ningún tipo de respuesta por parte de  las autoridades responsables. Se han hecho y se siguen realizando grandes inversiones en obras y mejoras que además de las demoras, su calidad es desastrosa pues en poco tiempo presentan deterioro. La avenida, según las cifras, advierte una alta accidentalidad y se continúan perdiendo vidas.


Si bien, la Simón Bolívar es considerada una de las tres vías más importantes de Cali, el concepto de autopista utilizado por las autoridades no aplica para esta ciudad pues estas no cumplen con ninguno de los requerimientos técnicos que posee una verdadera autopista, como las que existen en Ecuador y otros países latinoamericanos.