Este es un espacio que propone reflexiones y debates sobre la inter-retro-conexión sociedad en la Naturaleza y la Naturaleza en la sociedad.

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sábado, 6 de abril de 2019

¿NOS ESTÁN HURTANDO LAS VIDAS?


¿Vidas hurtadas?

Por
Hernando Uribe Castro
Doctor en Ciencias Ambientales

En la actualidad es posible observar cómo las personas hemos ido adquiriendo la capacidad de realizar tantas actividades en un mismo momento. Por ejemplo: ver televisión, conversar, alimentarse con una mano y con la otra digitar frases a través del celular haciendo uso del chat y de las redes virtuales ¿pero por qué, si somos capaces de hacer esto, carecemos del tiempo para dedicárnoslo a sí mismos? ¿Cómo es que hemos llegado a esta situación? ¿Cómo es posible que este fenómeno se perciba como algo normal, natural y común? Estos actos de exigencia del ser y de sus capacidades biológicas y corporales puede suceder a lo largo del día, de la semanas, pero al final, nos damos cuenta que estamos llenos de soledad, cansancio y ansiedad.

Al ser una práctica que se ha ido generalizando -sobre todo en las generaciones de los adultos y más jóvenes-, empieza uno a darse cuenta que este fenómeno no es algo personal -es decir producto del individuo-, sino que es un fenómeno social que está siendo producido e impulsado por unas fuerzas que actúan sobre el conjunto de la sociedad. Poco a poco los seres humanos vamos perdiendo la vida y el tiempo que la contiene; y se lo están robando con nuestro propio consentimiento basado en el desconocimiento del cómo es que funcionan estas estrategias de manipulación del ser. Se nos está imponiendo la idea de que la vida debe ser vivida así, de que no existe otro camino para cambiar este proceso cada vas más mercantilizado, incluso, de que este es el camino correcto que lleva hacia el progreso, el desarrollo y la prosperidad de la humanidad.

Detrás de toda una cortina de humo, construida por los empresarios de los medios globales y los gobiernos, se hallan los principales motivadores, dinamizadores y ejecutores de este proyecto de control social global. Las principales corporaciones globales y sistemas financieros, que controlan la actividad económica del mundo y que están promoviendo una serie de estrategias muy poderosas y agrestes para que las personas dediquen buena parte de su vida a atender y responder a sus exigencias e imposiciones.

Mensajes, lemas y símbolos son partes importantes y funcionales de toda esta maquinaria para hacer que, tanto marcas corporativas como intenciones de los mercados, sean unas realidades con las que buscan transformar a todo ser humano en un ciudadano consumidor. Las Corporaciones logran de este modo incorporarse en las comprensiones y acciones, para permanecer más tiempo en las mentes y las conciencias.

Una de esas estrategias es la conocida como Branding empresarial, mecanismo a través del cual, el empresario y dueño de las marcas, tratan de crear y mantener un vínculo con las audiencias, compradores y clientes, para obtener su fidelidad y felicidad, haciendo uso del mundo publicitario y comunicacional. Y no solo van detrás de la felicidad de cada ser humano, cada consumidor convertido en un código, sino que además buscan apoderarse de la memoria histórica porque la estrategia pretende ser parte de la historia de ese ser. De este modo, será recordada continua y permanentemente. Se tiene así, el consumidor como un producto terminado, modelado y manipulado por las estrategias del control corporativo.

Por ello, pareciera que en la sociedad contemporánea, no hay actividad humana que esté por fuera del espacio del control y del acoso del mundo corporativo. No solo tienen un inmenso poder en la estructura social, sino que también se han ido incorporando en la estructura mental y cognitiva de cada usuario y consumidor. Y con estas estructuras incorporadas responden de modo disciplinado y manipulado al llamado continuo que hace la Corporación, y termina consumiendo más y accediendo insaciablemente a sus productos y servicios para enfrentar el aburrimiento y alcanzar la “felicidad”. Es así como éste proceso se hace cada vez más continuo, permanente y preciso.

Absorben día a día, la vida del consumidor -y con ello su tiempo/espacio-, de un modo tal, que este acto “vampiresco” pasa a veces desapercibido y muy sutil. De la vida en los espacios públicos, el consumidor controlado y manipulado termina consumiendo en centros comerciales o a través de redes virtuales los productos puestos en escena. Por ello, los medios masivos de comunicación (físicos y virtuales) se vuelven más importantes, sobre todo porque manipulan la imagen, la semiótica y el vocabulario. Construyen su propio mercado lingüístico y lo hacen popular y popularizante. No es raro entonces, que surja la estrategia de “menos palabras, más significado”. Esta es la estrategia de la infantilización del discurso y la banalización de la realidad.

Han producido un “encantamiento”, un “hechizo”, una especie de “adormecimiento” bajo maniobras del entretenimiento, para que nadie sea consciente de que cada segundo de su vida, es bombardeado por las estrategias de control de los medios de comunicación y la dominación que produce la publicidad y el mercadeo. Una pérdida de vida que se hace irreversible. Cada segundo que es vivido bajo los determinantes y parámetros impuestos por el mundo corporativo es imposible de recuperar, pues el proceso es irreversible -cada segundo que nos pasa en la vida es un segundo que nos aproxima más a la muerte.

Han logrado ir suplantando la vida en grupo, en colectivo y en comunidad, por una vida individualizada y masificada, donde el mundo (sus imágenes, colores, formas, texturas, paisajes, sucesos, etc.) cabe en un pequeño dispositivo que es usado por cada individuo. Las personas pueden pasar varias horas del día realizando innumerables actividades y ninguna de ellas dedicadas para sí mismos.

El individuo puede pasar todo el día conectado aisladamente en Internet; también ejercitando el cuerpo para despertar el capital erótico y transformarse en una marca para llamar la atención de otros (“verse bien, sentirse bien”) a través de la virtualización de su imagen en plataformas como Facebook o Instragram. Otros se la pasan solucionando los problemas cotidianos porque tienen sus necesidades económicas muy próximas; unos más, se la pasan consumiendo, comprando o drogándose para enfrentar el aburrimiento.

No es raro entonces, que el resultado de este proceso de manipulación sea el que los individuos consumidores y dinamizadores de las corporaciones globales, ya no les queda tiempo para sí mismos. De hecho, se han visto obligados a veces -de modo inconsciente o poco consciente- a realizar varias actividades en un mismo momento sin dedicarse el verdadero tiempo. A desdoblar su existencia, sus sentidos y emociones para el mundo del mercado.