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lunes, 18 de febrero de 2013

LA INSEGURIDAD CIUDADANA NO SOLO ESTA EN LAS CALLES


LA INSEGURIDAD CIUDADANA NO SOLO ESTA EN LAS CALLES

Por
Hernando Uribe Castro
Magíster en Sociología

Es necesario aclarar que la seguridad de los ciudadanos se ha enfocado a los problemas de la calle y del espacio público, como si la inseguridad fuera provocada solo por ladrones, bandas criminales y desadaptados. Para eso, las autoridades y los gobiernos enfocan esfuerzos y una gran cantidad de recursos para  el aumento de autoridad armada como militares, policías, tecnologías para la vigilancia y políticas de seguridad.

Pero se olvida que la inseguridad de los ciudadanos también está en algunos de los espacios públicos de las instituciones del Estado, donde la criminalidad, la corrupción, el clientelismo y la politiquería atentan contra la integridad de todos y todas.

Ejemplos sobran, tales como: la corrupción dada en el sistema de salud colombiano que produjo no solo la mercantilización de la salud, sino también, y de modo directo, la pésima e ineficiente atención de muchas personas que perdieron la vida esperando atención en una sala de espera de un hospital o clínica; agencias del Estado que debían realizar las obras necesarias para evitar que temporadas de invierno y/o sequía no afectaran la población de la forma como lo habían hecho, pero que al final de cada evento, fueron evidentes los estragos, el desastre y la muerte de muchas personas por la ineficiencia y la corrupción; inseguridad educativa; la parapolítica como expresión de esa inseguridad que vivió el país en tiempos recientes, así como las organizaciones criminales aliadas con políticos y gamonales regionales que hacían presencia en los espacios de decisión y de inteligencia más importantes del país; la inseguridad que produce un sistema financiero que clienteliza a toda una población. Las agencias del Estado encargadas del control del mismo Estado parecen insuficientes frente a tantos casos de delitos cometidos contra la misma nación por sus mismos agentes. Todo tipo de funcionario público operando en las instituciones del Estado desde la corrupción y la criminalidad.

Esa es la otra inseguridad que viven los colombianos. En este sentido, es necesario repensar la sociedad colombiana desde otros ángulos. Exigir la seguridad producida tanto por las instituciones del Estado en ellas mismas, así como la seguridad en el espacio público tanto urbano como rural. Limpiar las instituciones del Estado de criminales y corruptos es necesario para transformar la institucionalidad del país y para lograr la garantía de la responsabilidad  del Estado con sus ciudadanos.

Parece que en Colombia se administra la inseguridad y no la seguridad pues algunos funcionarios públicos enfocados a procurar el bienestar y la integridad de los colombianos son quienes en realidad están fomentando todo tipo de daños y perjuicios, que, en vez de prometer un camino hacia al bien común, donde tomen medidas profundas y maticen de raíz, terminan aportando soluciones a problemas más triviales, que ante el público, parecen ser más efectivas como la captura de un gran delincuente, o un  plan antirrobos, o la investigación de grupos criminales.

Lo que es extraño, es que, por más capturas que hagan, por más inversión que se promueva y por más discurso que demuestre que lo que se está haciendo, los hechos evidencian que todo ha sido, es, y sigue por el mismo camino, y que los colombianos tanto en los espacios institucionales como en el escenario público y de la vida cotidiana siguen experimentando la reproducción de la inseguridad.

18 de febrero de 2013