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jueves, 25 de abril de 2013

El “NO” DEL CONGRESO AL MATRIMONIO IGUALITARIO PODRÍA FORTALECER EL MOVIMIENTO LGTBI


El “NO” DEL CONGRESO AL MATRIMONIO IGUALITARIO
PODRÍA FORTALECER EL MOVIMIENTO LGTBI

Por:
Hernando Uribe Castro
Magíster en Sociología

Los resultados de la votación del congreso el 24 de abril de 2013, con respecto al matrimonio igualitario en Colombia, (51 voto por el NO y 17 por el SI) develan que por más fuertes que sean los argumentos para defender la propuesta, esto no será suficiente si todavía quienes ocupan muchas de las curules de este recinto siguen desempeñándose a través de prácticas corruptas y clientelares.

Congresistas que actúan bajo su conveniencia de intereses particulares y no del bien común, así como tampoco con sentido democrático. El mejor ejemplo lo ofrece la denuncia que hace el periódico El Espectador con respecto al pacto firmado por Roy Barreras con una comunidad religiosa a cambio de votos: “El 'pacto cristiano' que enreda a Roy Barreras” (11-abril 2013). También el periódico El País informaba que:

El abogado Saúl Billar radicó en el Consejo de Estado una demanda de pérdida de investidura contra del presidente del Congreso, senador Roy Barreras, por haber firmado un ‘pacto’ con la comunidad cristiana para no promover el matrimonio igualitario. La demanda se interpone por haber incurrido supuestamente en violación al conflicto de intereses y tráfico de influencias al haber firmado un compromiso con la comunidad cristiana que incluía, entre otros, la inclusión de algunos de sus integrantes en la Unidad de Trabajo Legislativo de Barreras.[1]

Probablemente este caso de pactos y acuerdos no fue el único que se dio por estos días. Lo que muestra este hecho es que, al parecer, los congresistas no toman decisiones pensadas desde las necesidades colectivas y del contexto democrático nacional, sino que se toman decisiones desde los intereses y creencias particulares legislando como si todavía el marco constitucional fuera la Constitución Política de 1886. Además porque este tipo de actuaciones va en contravía de su lugar como funcionario público al servicios de los intereses del conjunto de la sociedad.

Esto es grave porque sobre aspectos que trascienden a la sociedad, (como el aborto y la eutanasia) sobrepesan aspectos como la objeción de conciencias altamente clientelizadas y mercantilizadas. Se negocian conciencias. Un congreso que reproduce la falsa democracia.

Lo interesante de este caso, es que la negación que hace el congreso hoy, activa de inmediato las formas creativas, la búsqueda de más argumentos y las acciones de una comunidad que no solo está reconociendo el terreno que debe enfrentar, sino que también se ha dado cuenta del valor central que tiene para sí mismos el participar de otro modo en las elecciones populares de funcionarios públicos en todos los niveles del Estado. De la necesidad de participar en las veedurías ciudadanas y de la innegable necesidad de estar más al tanto de los acontecimientos y transformaciones políticos del país y del mundo. Esto conlleva a una profunda reflexión de la comunidad LGBTI con respecto a su participación y acción política.

Esta negación que hace el Congreso hoy, representará el fortalecimiento del movimiento LGBTI porque le exige ingresar en un proceso de autoanálisis y autorreflexión, que les permitirá reconocer a la comunidad homosexual también los errores cometidos para no volverlos a repetir. A que en adelante realicen un verdadero análisis de sus decisiones en términos de participación de modo más crítico y reflexivo en las elecciones populares y de la necesidad de hacer presencia más en los escenarios de participación. Gays, lesbianas, trans, bisexuales e intersexuales se han caracterizado por ser un colectivo inteligente, creativo, artístico, con la capacidad de generar importantes transformaciones para una sociedad más pacífica, más honesta, más integrada, más respetuosa y tolerante.

La creatividad de los homosexuales, y en general del LGBTI, se hará sentir en todo el territorio nacional y cobrarán factura a quienes dieron el NO en el Congreso en el proceso democrático nacional.  Este camino que seguirá su recorrido fortalecerá el movimiento en términos de unión, de red, de acercamiento a otros sectores sensibles e interesados en el tema, aquellos sectores, que están reclamando un cambio estructural en la política y en la forma de hacer política en Colombia. Como lo he expresado en otras oportunidades, Bourdieu consideraba que “Lo esencial era decir: no se mantengan aislados. Dado que por razones sociológicas, los homosexuales (al menos sus líderes) poseen un capital cultural considerable, podrían jugar un papel en el trabajo de subversión simbólica indispensable para el progreso social.” (Bourdieu, 1998)[2].

La Universidad, las organizaciones de derechos humanos tienen mucho que hacer también en este proceso de lograr una verdadera democracia y romper con las estructuras corruptas y politiqueras que desconocen que Colombia está cambiando y que hoy es más diversa.

Hernando Uribe Castro
Magíster en Sociología
Docente y Coordinador Grupo de Investigación en Conflictos y Organizaciones
Departamento de Ciencias Sociales - Facultad de Humanidades
Universidad Autónoma de Occidente
Tel. 3188000 Ext. 11458

Cali, 25 de abril de 2013.


[1] “Demandan investidura de Roy Barreras por pacto cristiano en Cali”. El País, abril 16 de 2013.

 [2] Entrevista realizada por Catherine Portevin y Jean Philippe. Tomado de la revista francesa Telerama (12 de agosto, 1998). En. Pierre Bourdieu BLOG.


miércoles, 11 de julio de 2012

LOS INDIGENAS FRENTE A LOS ACTORES DEL CONFLICTO ARMADO EN COLOMBIA



Los indígenas frente a los actores del conflicto armado en Colombia

Por
Hernando Uribe Castro
Magíster en Sociología

El mes de julio de 2012 ha sido significativo en cuanto al rumbo que ha tomado el conflicto armado en Colombia, en especial, sobre el departamento del Cauca y, de manera particular, en el municipio de Toribio. El pueblo fue víctima de los hostigamientos de la guerrilla con armas artesanales que impactaron a la comunidad causando graves heridas a personas y daños en la infraestructura, entre ellas, las casas de los habitantes y el puesto de salud: “En medio de los hostigamientos de la guerrilla y las respuestas del Ejército, 11 civiles sufrieron heridas, entre ellos la enfermera jefe del puesto de salud, y 167 casas registraron graves daños. A la enfermera tuvieron que amputarle una pierna” (EL TIEMPO, 10-07-2012)[1].

Este hecho no dejaría de ser uno más de los cientos que un país como Colombia enfrenta en el marco de un conflicto armado, de no ser precisamente por la respuesta de la comunidad indígena asentada en el municipio de Toribio. Y es precisamente la respuesta  como un comportamiento colectivo, que permite tipificarla como un “repertorios de acción colectiva”; ésta se ha caracterizado, entre otras, por varios hechos: el primero de ellos, la concentración en el parque principal del pueblo por aproximadamente mil indígenas; La segunda, la organización indígena que designa una delegación para entablar diálogos con los jefes guerrilleros para exigir su retirada del sector; tercero, la retirada de sacos de arena que como barricadas protegían la estación de policía, exigiéndoles también su retirada del pueblo. Y cuarta, la expulsión de los guerrilleros por parte de la guardia indígena[2].

De estas sin duda, interesan las dos últimas porque demuestran la capacidad de organización que posee el movimiento social y su sentido de decisión de tomar acciones pacíficas de confrontación, tan delicadas y peligrosas, frente a estos actores armados. En la historia colombiana, por lo menos en la reciente, los indígenas han sido los únicos capaces de confrontar cara a cara a ambos actores armados expulsándolos de sus territorios, como expresión de un cansancio social y colectivo y de desconfianza en las instituciones y agencias del Estado. Este es un claro ejemplo de cómo el espacio como territorio es significativo para comprender la acción colectiva.

Esto también implica un mensaje claro para los colombianos: los indígenas asumen el control territorial, social y político de su territorio, expulsado actores del conflicto armado. Significa también, una desconfianza en la capacidad del Estado para garantizarles sus vidas y la percepción de que la presencia de la policía dentro de su comunidad como motivo de hostigamientos guerrilleros. Retirar la policía del municipio es garantizar de alguna forma la tranquilidad en su territorio, pues la presencia de la policía es motivo de ataque.

En este sentido, la autoridad no se constituye en garante del orden y la seguridad, sino en un motivador del conflicto. Y por tanto, se deslegitima la autoridad policial cuando se le desnuda de su cascaron protector. Así como en Toribio, en los municipios colombianos las estaciones policía son protegidas con retenes, vías bloqueadas, obstáculos en las vías para el paso lento de los autos, pero se desprotege la comunidad, pues prueba de ello son los altos indicadores todavía de crimen y delitos.

Estas respuestas colectivas de la no violencia de los grupos indígenas no pueden pasar desapercibido, pues se tornan en formas de resistencias significativas de pueblos que después de ser maltratados históricamente deben sentir de modo directo los estragos de una guerra sin sentido donde el pueblo pierde, y pocos son los que ganan. También deben convertirse en un ejemplo para el resto de ciudadanos que atónitos dejamos pasar miles de hechos violentos, incluso los naturalizamos como parte de la dinámica de un país como Colombia. La actuación de la comunidad indígena si se observa en su trasfondo puede ser uno de los ejemplos más significativos de la historia reciente del país, en cuanto a desnudar y recriminar la acción de los violentos y de las instituciones del Estado que han desgastado no sólo sus discursos, sino también, sus acciones.

12 de julio de 2012



[1]Tres explosiones controladas en Toribío en víspera de visita de Santos” EL TIEMPO.COM. 10 DE JULIO DE 2012.

[2] Noticiero 90 minutos. 10 julio de 2012. http://www.youtube.com/watch?v=NK2O4oiy8Z4