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viernes, 16 de diciembre de 2011

DE LA GEOGRAFIA ESCOLAR AL ANALISIS DEL SISTEMA MUNDO MODERNO


De la geografía escolar al análisis del Sistema Mundo Moderno

Por:
Hernando Uribe Castro
Magíster en Sociología

La percepción que aún persiste de la geografía en la sociedad es disciplinar y escolar. Una geografía que remite al mapa, a la memoria y a un número amplio de continentes, países, lugares y todo tipo de relieve. Una geografía interesada en la descripción de la superficie terrestre: listados de ciudades capitales, volcanes, montañas, ríos son todavía componentes de esa geografía persistente. Lo que no saben muchos todavía es que ésta es sólo una parte del gran iceberg que es el campo geográfico.

La geografía que se privilegia hoy en los centros de producción del conocimiento es la geografía crítica y reflexiva que pretende ha logrado concretar su objeto de estudio y, por supuesto, todas las dimensiones que objeto representa para el campo. Una geografía más interdisciplinaria e interesada en encontrar diálogo con otros saberes. Una geografía que se ubica sobre las bases del análisis espacial para comprender las formas como los fenómenos humanos se expresan sobre los lugares, los territorios, y en general, sobre el espacio geográfico. Si bien, la geografía tuvo serios problemas para poder definir su objeto, se ha llegado a un acuerdo compartido en donde se ha determinado que el objeto de estudio de la geografía es el espacio geográfico, comprendido como una combinación indisoluble entre un sistema de objetos y un sistema de acciones: “Lo consideraremos como una mezcla de dinamismo y unidad que reúne materialidad y acción humana. El espacio seria el conjunto indisociable de sistemas de objetos naturales o fabricados y de sistemas de acciones, deliberadas o no. En cada época, nuevos objetos y nuevas acciones vienen a añadirse a los anteriores, modificando el todo, tanto formal como sustancialmente.” (Santos, 1993:70).

Los geógrafos a través de sus investigaciones están demostrando que el análisis que se hace de la sociedad ha sido parcial en la medida en que pocas veces se recurre a estos dispositivos analíticos que proporciona la geografía. La historia de la humanidad, construida sobre las bases de una geografía que impone un espacio estático, fijo e inmóvil ve la necesidad de reescribir la historia donde el espacio adquiere otro sentido, mucho más dinámica, en movimiento y expresivo. Para la geografía del presente, además de la dimensión histórica que posee la vida social y en ella los individuos hay que agregarle la dimensión espacial, en tanto el ser humano es también un ser espacial. Y como ser espacial ese ser humano en su individual o colectiva tiene el poder de transformar, cambiar, producir y consumir espacios. El espacio geográfico resulta entonces de esa combinación entre elementos como objetos naturales y artificiales y las acciones humanas que le dan sentido y que reciben sentido del espacio.

Por ello, comprender los fenómenos sociales del presente conlleva a la necesidad de abordar las implicaciones de estos en la dimensión espacial. Y tal vez, uno de los fenómenos que mejor puede expresar esa dimensión espacial de la sociedad es el cambio que ha sufrido la humanidad a raíz del desarrollo del Sistema Mundo Moderno (capitalismo) por más de 500 años. Las implicaciones de este sistema han tenido impactos severos en la mayor parte de los lugares en el mundo, a tal punto, que hoy en día se impuso la globalización como expresión que mejor puede mostrar el impacto de ampliación del sistema. Por ejemplo, para Milton Santos, “La globalización constituye el estadio supremo de la internacionalización, la introducción en el sistema-mundo de todos los lugares y de todos los individuos, aunque en diversos grados.” (1993:69).

El sistema mundo moderno ha dado por resultado la configuración fragmentada de los territorios continentales por unidades territoriales administrativas denominadas Estados, y estos Estados a su vez estructurados en subsistemas territoriales también administrativos llamados regiones, departamentos, provincias, entre otros.

En las últimas décadas, los dinamizadores y fuerzas los actores hegemónicos del sistema Mundo Moderno están trabajando por configurar una organización más eficiente de los Estados para mantener sus niveles de crecimiento y desarrollo y así lograr que el motor del sistema, la economía-mundo moderna capitalista, pueda ser sostenible en el tiempo. Según Milton Santos (Santos, 1993:71), las características espaciales de este sistema mundo serían:

“la transformación de los territorios nacionales en espacios nacionales de la economía internacional;
la exacerbación de las especializaciones productivas a nivel del espacio;
la concentración de la producción en unidades menores con aumento de la relación entre producto y superficie, por ejemplo en la agricultura;
la aceleración de todas las formas de circulación y su creciente papel en la regulación de las actividades localizadas con el refuerzo de la división territorial y de la división social del trabajo, y la dependencia de esta última respecto a las formas espaciales y a las normas sociales (jurídicas y otras) en todos los escalones;
la productividad espacial en función de todas las posibilidades de localización;
el fraccionamiento horizontal y vertical de los territorios;
el papel de la ordenación en la constitución de las regiones y el de los procesos de regulación;
la tensión creciente entre localidad y totalidad a medida que avanza el proceso de globalización.”

Pero este proceso de integración entre los puntos locales con las hegemonías globales debe poseer estructuras construidas artificialmente para garantizar esta comunicación., pero además de ello, se requieren de estructuras que, como el Estado, garanticen también todo un marco normativo a través del cual se legitime esta comunicación sin ningún tipo de tropiezo u obstáculo. Un marco normativo que sirva de mediador y regulador entre las propiedades y equipamientos locales con las fuerzas y los actores hegemónicos globales impulsadas por las multinacionales, las organizaciones o firmas globales que tiene el poder económico, político y armado de someter, exigir y doblegar Estados, naciones y Estados-nación.

Los operadores y dueños de las fuerzas hegemónicas -que ubicadas desde el Mercado para reproducir sus excedentes de capital-, gozan de los privilegios que da el poder para controlar el sistema mundo y han constituido para ello alianzas estratégicas con algunos campos científicos, constituyendo así lo que Santos ha dado en denominar el medio técnico científico-informacional. “El medio geográfico en vías de constitución —o de reconstitución— tiene una sustancia científico-tecnológica-informacional. No es ni un medio natural ni un medio técnico. La ciencia, la tecnología y la información forman la base misma de todas las formas de utilización y de funcionamiento del espacio, incluso de aquellas que participan en la creación de los nuevos procesos vitales y de la producción de nuevas especies, animales y vegetales.” (1993:71).

“Los espacios así recalificados responden sobre todo a los intereses de los actores hegemónicos de la economía y de la sociedad y son de esta forma incorporados con toda autoridad a las corrientes de globalización. Pero, actualmente, a pesar de una difusión más rápida y más extensa que en las épocas precedentes, las nuevas variables no se reparten uniformemente por todo el planeta. La geografía así recreada es aún desigual. Se trata de desigualdades de un tipo nuevo, tanto por su constitución como por sus efectos sobre los procesos productivos y sociales.” (1993:71).

Lo que se ve es que estas fuerzas interesadas en la reproducción del capital y el control de las fuerzas productivas, han construido un mundo artificial a través de instituciones mundiales para mantenerse con sus hegemonías. Una elite dueña del mundo que se ha legitimado a través de la ciencia (que impacta las instituciones educativas), la información (que impacta los gustos y las necesidades básicas humanas) y la religión (que impactan las ideologías, las creencias y los miedos)[1].


Santos, Milton. Los espacios de la globalización. Anales de Geografía de la Universidad Complutense, 13, 69-77 - Ed. Comp., Madrid, 1993


[1] “Este medio técnico, científico e informacional está presente por todas partes, pero sus dimensiones varías según los continentes, los países, las regiones, las superficies continuas, las zonas más o menos vastas, los simples puntos. En este medio vienen a implantarse, en la campiña como en la ciudad, las producciones materiales o inmateriales características de cada época. En resumen, se podría afirmar que las acciones hegemónicas se imponen, se realizan y tienen por finalidad los objetos hegemónicos. Y como en un sistema de sistemas, el resto del espacio y el resto de las acciones colaboran en su realización. Cada combinación tiene su lógica propia y autoriza formas de acción específica a los agentes económicos y sociales.” (1993:72).
Hernando Uribe Castro