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jueves, 15 de noviembre de 2012

LA NAVIDAD Y LAS TRAMPAS DEL MERCADO


LA NAVIDAD Y LAS TRAMPAS DEL MERCADO

Por:
Hernando Uribe Castro
Magíster en Sociología

La navidad es una festividad tradicional católica que fue globalizada por la difusión de la cristiandad así como por la difusión del mercado capitalista. No obstante, no todas las sociedades y grupos humanos la celebran y no siempre ha poseído el mismo sentido.

Abuelas y padres dan cuenta que en otras épocas esta festividad estaba centrada en el grupo familiar alrededor del sentido religioso y del intercambio de alimentos entre vecinos. Pero la época de la navidad, tal como se vive hoy, es un producto de la fuerzas del mercado. Los ideólogos de las corporaciones globales captaron lo que significa en términos de emociones para muchas sociedades eso del sentido de la navidad, y haciendo uso de la manipulación emocional a partir de la publicidad eficiente y direccionada, se incorporó de un momento a otro a estas festividades promoviendo el consumo compulsivo. A ello se suman las estrategias de los banqueros que entregan dinero plástico fácil para promover más consumo, y por supuesto, endeudamiento.

Regalos, juguetes, aparatos tecnológicos, trajes nuevos, luces de colores, adornos, vídeos, viajes, música, cine, licor, así como productos de consumo para estas fiestas, han sido centrales en la construcción de la artificialidad de esas emociones. La navidad es, sencillamente, para el mercado un instrumento que produce riqueza moviendo las fibras más internas de los individuos. En este proceso, los medios de comunicación masifican la necesidad de celebrar la navidad y aportan en ese contagio social consumista de productos banales y emiten mensajes bien elaborados que doblegan cualquier corazón duro.

Muchas personas trabajan y ahorran dinero todo el año para poder hacer gastos en esta época. Los individuos caen en esta manipulación y hacen todo lo que esté a su alcance para hacer de estas festividades los mejores días recurriendo a los centros comerciales y al comercio de calle para saciar estas emociones, haciendo compras para sí y para los seres que le rodean. Se cree que los sentimientos se expresan cuando se compra y se obsequian regalos. Y si esto no se hace, de inmediato cae la sanción social de los demás. Niños, niñas y jóvenes son el centro de atención de estas corporaciones y hacia quienes se dirigen de modo contundente toda una gama de publicidad de sus productos.

Considero que se necesita motivar y hacer de esta festividad algo diferente. Se requiere reivindicar un sentido de  navidad promovido por los afectos, el amor del calor de hogar, y el encuentro de la familia y de la gente que se ama, y se debe tratar de neutralizar el consumismo compulsivo y banal que es motivado por la publicidad de las corporaciones globales que dinamizan las fuerzas del Mercado de la Economía-Mundo capitalista, así como los endeudamientos con corporaciones bancarias que como “lobos feroces” saturan la sociedad con productos y portafolios. Aquellas corporaciones que hacen de los sentimientos y emociones humanas un producto, una mercancía.

15 de noviembre de 2012