RENACER DE LOS SAMANES DEL CAUCA
Por
Hernando Uribe Castro
Doctor en Ciencias Ambientales
Justo cuando enfrentamos como sociedad los estragos de esta pandemia Covid-19 -que ha puesto en riesgo la salud de millones de personas, que ha cobrado la
vida de cientos de miles de ellas y que aportó a desenmascarar lo desalmados
que son los gobiernos nacionales al privilegiar la dinámica económica por sobre
la vida humana-, me llegó una grata noticia: Los Samanes del Cauca renacen.
Desde hace algunos años -primero solo para mi tesis de maestría en
sociología en 2007 y luego con mi equipo de investigación en 2011-, vengo
estudiando el complejo proceso de poblamiento que existe sobre la cima de un
dique que se construyó para resguardar la ciudad, para ampliar las áreas de cultivo y protegerlos contra las inundaciones del río
Cauca, aquí en Colombia. Un dique artificial de más de diecisiete (17) kilómetros de largo
que va paralelo a éste río y sobre el cual, desde los años ochenta del siglo XX, se formaron
asentamientos humanos por parte de distintos grupos, algunos de ellos huyendo del
conflicto armado, otros desplazados de sus lugares de origen por los efectos negativos de los megaproyectos del
Estado en distintos territorios del suroccidente colombiano y unos más que migraron del campo a la ciudad en busca de mejores condiciones de vida.
Entre los asentamientos localizados sobre la cima del dique
(también conocido como jarillón), existe uno en especial, que alcanzó a estructurar formas organizativas
importantes y que logró ser reconocido legalmente por la institucionalidad municipal, al
obtener su personería jurídica como Junta de Acción Comunal: Los Samanes del
Cauca. Pasó algún tiempo desde que se fundó el asentamiento Samanes del Cauca hasta cuando
se puso en marcha el "Plan Jarillón del Río Cauca y Obras Complementarias -PJAOC-", como resultado de la alianza entre el gobierno nacional y local.
Sede la Junta de Acción Comunal "Samanes del Cauca" Foto: Hernando Uribe Castro, 2017. |
Este Plan, una vez entró en funcionamiento, se convirtió en el terror de las comunidades. No solo porque atemorizó a la población de la sensación constante del desalojo sin negociación, sino también porque sus acciones implicaban actos violentos y a la fuerza. Según analistas, éste PJAOC actuó de modo inconstitucional y produjo
desmanes y todo tipo de violencias que son conocidas por la ciudad y los mismos entes de control
del Estado colombiano: expulsó a grupos de familias de sus hogares; tumbó ranchos y casas; sacó a los abuelos enfermos y con sus tanques de oxígeno
a la calle; echó y destechó a mujeres embarazadas, a niñas y niños; usó la fuerza policial
(Esmad) para producir desalojos muy violentos, muchos de ellos evidentes en los titulares de los diarios locales y prensa nacional; hizo de la vida cotidiana de estas
comunidades miserables al ponerlas en todo momento en la incertidumbre del despojo y el desalojo. Violencias
físicas y simbólicas fueron el orden del día y de cada día durante estos largos años.
Los altos recursos asignados al PJAOC para resolver el fenómeno de poblamiento del dique terminaron enredados e investigados, como lo indican los informes de la Contraloría General de la República* y
la Procuraduría. Pasó casi una década de implementación del PJAOC y tanto la sociedad caleña como los entes de control, no percibían los resultados
esperados, puesto que cada año, los agentes al frente de éste plan sacaban todas las excusas para extender la fecha en la que la ciudad tendría un dique
desocupado y despejado: primero dijeron que tendría todo solucionado en 2015, luego que en 2017, luego que en 2019. En
general, bajo los alcaldes de turno entre el 2012 y el 2019, el Plan Jarillón no ofreció soluciones
estructurales, pero si produjo la desazón de los actos violentos del Estado
contra las comunidades. Por ejemplo, un caso muy conocido de desalojo violento se dio en el asentamiento Venecia-Las Vegas entre el 2015 y el 2016**. Nadie dormía tranquilo y la atmósfera de turbación constante que envolvía la vida en estos asentamientos, impedía que las gentes pudieran
apreciar y disfrutar con tranquilidad del firmamento nocturno encapotado de
estrellas, ni del cúmulo estelar de las Pléyades.
Aunque los desalojos fueron increíblemente violentos, tal
vez, uno de los hechos más significativos y donde no hubo confrontación y que produjo un quiebre en esta historia, se presentó en
2019, cuando por decisión de los agentes del Plan Jarillón y resultado de
discusiones hasta altas horas de la madrugada, se dispuso llevar a cabo el
desalojo con máquinaria y la destrucción de varias casas, entre ellas, la del
presidente de la Junta de Acción Comunal de los Samanes del Cauca.
Por lo que me contó éste líder de comunidad, la tristeza y la indignación fue increíblemente
inmensa al ver cómo su casa construida por largos años y con tanto esfuerzo,
fue derribada, arruinada y vuelta añicos por una decisión arrogante del mandatario político local y de los agentes de turno del PJAOC. Esto no solo afectó a toda la
comunidad de Los Samanes del Cauca, sino que produjo desazón de desconfianza, rabia e
impotencia. Hasta su perro murió unos días después, de pena y tristeza, echado
entre los escombros de la que era
también su casa. Esta desgracia fue real, vivida en cuerpo y alma. Recordarlo,
recupera lágrimas y dolor.
Casas como estas, fueron destruidas en 2019. Foto: Hernando Uribe Castro, 2017. |
Pero como el Ave Fénix, la fuerza de la comunidad es
increíblemente grande cuando cree en sus líderes y cuando el líder ha
demostrado voluntad de servicio social y de apoyo mutuo. A pesar de cualquier
destrucción, del mal gobierno, de las nefastas decisiones, cuando los líderes
son líderes, se levantan. Y esto fue lo que sucedió efectivamente. Como si la
destrucción de su casa y las casas de toda su comunidad, dieran el valor y la
claridad para actuar y salir fortalecido. Apoyado siempre por todo el grupo de
lideresas que lo acompañan, mujeres que no han dejado de trabajar por ellas,
por sus familias y por la comunidad.
Desde tiempo atrás, los habitantes de Los Samanes del Cauca venían
trabajando en unas iniciativas para resolver la situación, pero nunca
fueron atendidas ni tenidas en cuenta, ni escuchadas por los mandatarios de turno. Para superar
esta indiferencia gubernamental, la comunidad estableció alianzas estratégicas
con la academia, con líderes políticos, con periodistas, con grupos de ayuda, y
con reconocidos estudiosos de los temas de tierra en esta región.
Y entre esas alianzas estuve yo con mi equipo de investigación
(Grupo de Investigación en Conflictos y Organizaciones) de la Universidad
Autónoma de Occidente, no solo reconstruyendo la historia y el proceso de
poblamiento, sino demostrando con firmes argumentos las falencias, carencias e inconsistencias de la
institucionalidad y el mal manejo que se venía ofreciendo como respuesta a los
asentamientos informales en la ciudad, y especialmente en el jarillón.
Se publicó un libro titulado “Ciudad desbordada. Asentamientos informales en Santiago de Cali”, en donde consignamos los principales resultados de nuestra investigación. Resultados que tienen efectos reales cuando en mayo de 2020 me llegó una gran noticia: los líderes y lideresas de los Samanes del Cauca habían logrado incluir nuestras propuestas y sus propias iniciativas para resolver el conflicto del dique del río Cauca en el Plan de Desarrollo del actual gobierno municipal y en la política pública para el manejo de los asentamientos informales de la ciudad.
Se publicó un libro titulado “Ciudad desbordada. Asentamientos informales en Santiago de Cali”, en donde consignamos los principales resultados de nuestra investigación. Resultados que tienen efectos reales cuando en mayo de 2020 me llegó una gran noticia: los líderes y lideresas de los Samanes del Cauca habían logrado incluir nuestras propuestas y sus propias iniciativas para resolver el conflicto del dique del río Cauca en el Plan de Desarrollo del actual gobierno municipal y en la política pública para el manejo de los asentamientos informales de la ciudad.
"Ciudad desbordada. Asentamientos informales en Santiago de Cali" Hernando Uribe Castro, Germán Ayala y Carmen Jimena Holguín |
Un gobierno municipal que, con voluntad política y sentido humano, cambió el personal del Plan
Jarillón y transformó todo el discurso de guerra y arrogancia anterior. Ahora, al
escuchar a los nuevos agentes al frente de este plan y de las secretarías
municipales, se encuentra uno con otra forma de comprensión, otra manera de
abordar el asunto, donde se percibe el respeto, la dignidad y la empatía con
las comunidades.
Un discurso que platea una solución estructural que, de concretarse, será sin duda alguna, no solo una solución para esta ciudad y para las familias, sino también un modelo interesante que puede ser compartido con otras realidades latinoamericanas. Un modelo de solución basado en la construcción de un sector rural donde el eje son las Viviendas Productivas Rurales Sustentables. Un modelo que beneficiará a más de seiscientas (600) familias.
Un discurso que platea una solución estructural que, de concretarse, será sin duda alguna, no solo una solución para esta ciudad y para las familias, sino también un modelo interesante que puede ser compartido con otras realidades latinoamericanas. Un modelo de solución basado en la construcción de un sector rural donde el eje son las Viviendas Productivas Rurales Sustentables. Un modelo que beneficiará a más de seiscientas (600) familias.
Este puede ser un claro ejemplo del renacer de una nueva humanidad
basado en el diálogo, la colaboración, el apoyo, el respeto, el amor y la
dignidad. Estamos para ver el “Renacer
de los Samanes del Cauca”. Una comunidad de tradición campesina que ahora
tiene una solución estructural acorde a su particularidad. Un renacer que marca
la ruta de una lucha de larga data, de la Existencia,
la Resistencia y la Rexistencia.
Un renacer de unos seres conectados entre sí y con la tierra. Una
tierra nueva que liberará de los dolores del pasado, que sacará las rabias
trancadas de los pechos, que dispensará de la indignación por la incertidumbre
y la tragedia. Un renacer donde seguramente los árboles de Samán, los cultivos
familiares, las flores, las rosas, las aves y demás especies darán la
bienvenida a todos y todas que lleguen a esta nueva comunidad.
Un Renacer de Los Samanes del Cauca donde la tierra será vida, y la vida será
vivida, por fin, con serenidad. Un renacer
donde se recuperará el sueño, la esperanza, la tranquilidad y la credibilidad
por un buen vivir. Donde el cielo encapotado de estrellas y donde el cúmulo
estelar de las Pléyades estará allí observando y vigilante desde la distancia, del renacer de la vida, del amor y el sosiego en esta porción de planeta Tierra,
en esta porción de sistema viviente.
Adriana Quiceno, Gloria Quintero y Hernando Uribe Castro Foto tomada en 2016 |
Yoider Gómez, presidente de la JAC y lideresas del sector Foto: Hernando Uribe Castro, 2013. |
* Ver: https://www.cali.gov.co/documentos/1384/informes-contraloria/genPagDocs=3
También ver: https://90minutos.co/contraloria-cuestiona-presuntas-irregularidades-en-obras-del-jarillon/
** Ver noticia: https://www.youtube.com/watch?v=xI2TRdJ62Eg