Este es un espacio que propone reflexiones y debates sobre la inter-retro-conexión sociedad en la Naturaleza y la Naturaleza en la sociedad.

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miércoles, 21 de septiembre de 2011

GAYS, LESBIANAS, BISEXUALES Y TRANS EN UN MUNDO EN CAMBIO



GAYS, LESBIANAS, BISEXUALES Y TRANS EN UN MUNDO EN CAMBIO 

Por
Hernando Uribe Castro
Magíster en Sociología

Se están presentando importantes transformaciones en la sociedad y una de ellas es, precisamente, el espacio que poco a poco gays, bisexuales, lesbianas y trans vienen ganando en múltiples terrenos de la vida social. Hoy, el periódico el TIEMPO en titular anunciaba Vía libre para homosexuales en el ejército de Estados Unidos. Como es sabido, las fuerzas armadas han sido de esas instituciones del Estado moderno más reticentes a aceptar a homosexuales.

Lentamente, diferentes esferas políticas y sociales del mundo están dando pasos importantes para validar la diversidad sexual como un hecho significativo. El trabajo ha sido fuerte en el ámbito político y jurídico y los esfuerzos se vienen concentrando más en la necesidad de lograr respuestas del Estado ante sus demandas puntuales. Y en ello el aporte de las ciencias sociales ha sido central al brindar los dispositivos necesarios para argumentar y neutralizar los ataques de posturas conservadoras que pretenden negar la existencia de la diversidad sexual.

En distintos lugares se ha logrado que se legisle a favor del matrimonio entre parejas del mismo sexo, protección de seguridad social, patrimonio, herencia, entre otros. Pese a estos importantes cambios, todavía, en algunos países, se asiste a procesos de exclusión social y de respuestas del Estado fallidas y represoras.

Gays, lesbianas y trans han desarrollado un conjunto de herramientas discursivas, argumentativas y reflexivas a través de las cuales pueden llegar a incidir en grandes transformaciones sociales. Los homosexuales pueden emprender tareas conjuntas y creativas para que además de luchar por procesos de reconocimiento legal, que son ahora parte del debate en el escenario político y gubernamental, trabajen por el reconocimiento social (1).

Ya Manuel Castells había señalado en La Era de la Información que “Recluida en su gheto cultural, no es probable que la comunidad gay logre la revolución sexual y la subversión del patriarcado que, de forma implícita, son las metas del movimiento, aun cuando no las apoye el segmento creciente de elites masculinas que consumen, más que producen, el movimiento gay”.

También Pierre Bourdieu lo planteaba: “Lo esencial era decir: no se mantengan aislados. Dado que por razones sociológicas, los homosexuales (al menos sus líderes) poseen un capital cultural considerable, podrían jugar un papel en el trabajo de subversión simbólica indispensable para el progreso social.” (Bourdieu, 1998) (2)

Es claro que el hecho de que la norma exista y se aplique no implica de entrada un proceso de reconocimiento social, lo que a su vez se puede corresponder con la permanente presencia de la violación al derecho, las  prácticas homofóbicas y de discriminación.

De pronto la búsqueda de este reconocimiento social, a la par con los procesos de luchas jurídicas, es la clave para enfrentar la exclusión, la discriminación y la injusticia social a un largo plazo, y en este sentido poder ubicar con claridad ese lugar socialmente diluido. Es en el trabajo por el reconocimiento social, que los homosexuales deben elevar sus energías.

Ver lo positivo del conflicto ante la sociedad genera ventajas que los homosexuales pueden capitalizar para acceder a sus logros no sólo personales sino también como colectivo. Una labor social, comunitaria, de intervención social propositiva y positiva y de cambio social dirigido, así como mejores niveles de educación y acceso a estudios superiores pueden ser espacios y escenarios de formación propicios para abrir las puertas del reconocimiento social. Ir más allá de la creatividad cultural para lograr una creatividad de aceptación social. Gays, lesbianas y trans no pueden esperar a que sea la escuela, la universidad, ni las instituciones sociales las que tomen la iniciativa de propiciar ese reconocimiento social porque éstas no lo van a hacer y además porque están marcadas por fuerzas de corte tradicional y conservador.

El colectivo de homosexuales debe buscar alianzas y apoyo en otros sectores universitarios, intelectuales y sociales que sean sensibles a políticas discriminatorias. Sindicatos, gremios, organizaciones sociales, ongs, asociaciones, economías solidarias, grupos religiosos. Acceder a un nuevo discurso que contenga la importancia de la dimensión social y el respeto por la vida.

Al parecer, el hecho de que los homosexuales se muestren más hoy y que logren entablar relaciones sociales, amistad, familia, comerciales y educativas con otras personas y grupos, hace que la población heterosexual reproduzca no sólo sentimientos de tolerancia sino también de solidaridad. Al ampliar las redes sociales entre los grupos de amigos, los homosexuales amplían las posibilidades de su reconocimiento social. Sólo basta observar cómo el Mercado se ha dado en la tarea de abrir el espacio a homosexuales porque saben que ahí existe un importante ciudadano consumidor y por ello, están desarrollando estrategias de mercadeo incluyentes en turismo, modas, ocio y deporte.

En la investigación sobre jóvenes gays y lesbianas en la universidad que adelanté con mi equipo de investigación, se hacía notar que las redes inter-universitarias entre los/las jóvenes han sido importantes en la configuración de grupos de amigos donde desaparecen los sentimientos de homofobia. Fue claro que aquellos(as) que se consideran heterosexuales que conocen a personas homosexuales pueden mostrar menores niveles de prejuicio y distancia social que las que no le conocían. Conocer e interactuar con gays y lesbianas disminuye no solo la distancia social sino también el prejuicio.

La reivindicación de la posibilidad de existir y actuar en el espacio público debe ser parte de la estrategia. No más escamoteo, ocultamiento y cierre. Abrirse al espacio y escenario público.

21 de septiembre de 2011

__________

1.      Sobre la necesidad de trabajar por el Reconocimiento Social ya dispongo de un artículo que pronto será publicado en Colombia.
2.      Entrevista realizada por Catherine Portevin y Jean Philippe. Tomado de la revista francesa Telerama (12 de agosto, 1998). En. Pierre Bourdieu BLOG.

miércoles, 18 de mayo de 2011

CONTRA LAS POSTURAS RÍGIDAS EN UN MUNDO EN CAMBIO

Contra las posturas rígidas en un mundo en cambio

Por
Hernando Uribe Castro
Magíster en Sociología

Como sociólogo comprendo algunos de los motivos y determinantes que impulsan a muchos colombianos, entre ellos altos agentes del Estado, como el Procurador Ordóñez, a rechazar a los homosexuales (gays, lesbianas y trans). Entre algunos de esos determinantes, es importante resaltar uno que tiene que ver con que son individuos construidos como seres sociales a través de un proceso de socialización (primario y secundario), en el marco de una sociedad patriarcal y heteronormativa que no sólo opera en el entorno próximo del individuo como la familia, sino que también se le incorpora y le produce esquemas mentales explicativos y comprensivos desde esa perspectiva. Por ello, este individuo, construido en el marco dónde sólo la heterosexualidad es la que es, va a rechazar cualquier otra forma de ser que no sea heterosexual. En ello la familia, la escuela y el grupo de pares van a incidir de manera clara porque también estos se encuentran construidos en estos esquemas de heteronormatividad.

No obstante, frente a estas perspectivas tan rígidas y dominantes de la sociedad, que privilegian las relaciones heterosexuales y la hegemonía masculina, la sociedad del ahora (esta que estamos viviendo por estos días) empieza a captar un fenómeno que no hubiese sido usual en años anteriores. Y es precisamente una mayor visibilidad de gays, lesbianas y trans tanto en el espacio privado como el espacio público, en comparación con otras épocas aquí en el país, que interactúan y entablan amistades con una variedad de personas y que se encuentran en todas las clases sociales.

Hoy, los jóvenes parecen tomar otro camino que empieza a cincelar, al parecer levemente, algunas bases de esa heteronormatividad, probablemente por la incorporación de algunos argumentos - dados por los marcos constitucionales más democráticos basados en los derechos humanos, el respeto al otro y a la diferencia, la pluriculturalidad y la multietnicidad-, y de acciones expresadas a partir de sus relaciones sociales más amplias a las que integran en sus redes de amistades (físicas y virtuales) a personas diversas en asuntos vitales como la nacionalidad, el género, la religión, la orientación sexual, la ideología política y la etnia, entre otros.

Muchos jóvenes (hombres y mujeres), autodefinidos como heterosexuales, no ven inconveniente alguno en tener como amigos, conocidos y familiares gays, lesbianas o trans, y no sólo tienen la capacidad de expresar su tolerancia hacia ellos, sino algo que puede ser mucho más potente, su solidaridad. Esto es algo muy importante que desde ya se vislumbra en espacios tan importantes como las universidades colombianas.

Por supuesto, todavía se mantienen rechazos desde posturas muy radicales de sectores conservadores (godos), religiosos y políticos. Ejemplos claros como la Arquidiócesis de Guadalajara (México) que el año pasado expresaba que el feminismo y la homosexualidad eran aberraciones, o el Procurador en Colombia que según el diario El Tiempo (05-11-2011) manifestaba que era un hecho comprobado que una familia debe estar conformada por dos personas de diferente sexo y que, además, de esa manera lo consagra la Constitución.

Los jóvenes, sin duda alguna, se están convirtiendo en actores importantes de esta transformación hacia una conciencia social que favorece la vida, la importancia del mundo y de los “otros” que hacen parte de su vida. Su problema no es el amigo gay o lesbiana, porque han comprendido que su problema es algo más estructural: el de una sociedad que los violenta, que los excluye, que pocas oportunidades les brinda.

Además, no obstante los riesgos que implican, los medios y el mercado vienen cumpliendo un papel importante en visibilizar un grupo amplio de población homosexual en seriados norteamericanos, novelas mexicanas y colombianas, y el cine alternativo de todo el mundo. Por supuesto, los movimientos sociales han sido significativos en este proceso de transformación social.

Estamos en un mundo en cambio importante donde los discursos que rechazan, critican y satanizan la diversidad de la orientación sexual empiezan a verse opacados y desde ya poco a poco empiezan a perder sus bases argumentativas.

Los colectivos homosexual (gay, lesbianas, trans) deben empezar a comprender que no obstante las lesiones, las estigmatizaciones y los rechazos que marcan las estadísticas, las noticias y las vivencias de muchos jóvenes, es necesario empezar a imponer el discurso, a pesar de ser todavía muy tímido, que debe llevar a un proceso de aceptación social que con el paso de las generaciones, puede llegar masificarse. Esta transformación tal vez no la veremos, pero si desde ahora se construyen los elementos que pueden impulsarlos, entonces, los futuros jóvenes gays, lesbianas y trans se construirán en un mundo mejor preparado para recibirlos, aceptarlos, respetarlos, reconocerlos e incluirlos.

Una buena estrategia es seguir profesionalizándose, formándose con mejores niveles educativos siempre en contacto con redes sociales y de amistades. Conversar más con otros grupos y alianzas estratégicas. Trabajar no sólo por los gays, lesbianas y trans, sino también por las necesidades de las comunidades locales. Estar ahí, donde el Estado olvidó estar. Apoyar a grupos necesitados y expresar siempre la importancia del respeto al otro.

Creo que el trabajo que se tiene ahora es duro con una sociedad colombiana cargada con mentes todavía ancladas en épocas medievales donde la hoguera era la solución para casi todo. Y sin duda, el Procurador es quien atiza el fuego de esa hoguera y estaría dispuesto a decidir quién debe estar dentro de ella.

Hernando Uribe Castro
Mayo 18 de 2011