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miércoles, 18 de mayo de 2011

CONTRA LAS POSTURAS RÍGIDAS EN UN MUNDO EN CAMBIO

Contra las posturas rígidas en un mundo en cambio

Por
Hernando Uribe Castro
Magíster en Sociología

Como sociólogo comprendo algunos de los motivos y determinantes que impulsan a muchos colombianos, entre ellos altos agentes del Estado, como el Procurador Ordóñez, a rechazar a los homosexuales (gays, lesbianas y trans). Entre algunos de esos determinantes, es importante resaltar uno que tiene que ver con que son individuos construidos como seres sociales a través de un proceso de socialización (primario y secundario), en el marco de una sociedad patriarcal y heteronormativa que no sólo opera en el entorno próximo del individuo como la familia, sino que también se le incorpora y le produce esquemas mentales explicativos y comprensivos desde esa perspectiva. Por ello, este individuo, construido en el marco dónde sólo la heterosexualidad es la que es, va a rechazar cualquier otra forma de ser que no sea heterosexual. En ello la familia, la escuela y el grupo de pares van a incidir de manera clara porque también estos se encuentran construidos en estos esquemas de heteronormatividad.

No obstante, frente a estas perspectivas tan rígidas y dominantes de la sociedad, que privilegian las relaciones heterosexuales y la hegemonía masculina, la sociedad del ahora (esta que estamos viviendo por estos días) empieza a captar un fenómeno que no hubiese sido usual en años anteriores. Y es precisamente una mayor visibilidad de gays, lesbianas y trans tanto en el espacio privado como el espacio público, en comparación con otras épocas aquí en el país, que interactúan y entablan amistades con una variedad de personas y que se encuentran en todas las clases sociales.

Hoy, los jóvenes parecen tomar otro camino que empieza a cincelar, al parecer levemente, algunas bases de esa heteronormatividad, probablemente por la incorporación de algunos argumentos - dados por los marcos constitucionales más democráticos basados en los derechos humanos, el respeto al otro y a la diferencia, la pluriculturalidad y la multietnicidad-, y de acciones expresadas a partir de sus relaciones sociales más amplias a las que integran en sus redes de amistades (físicas y virtuales) a personas diversas en asuntos vitales como la nacionalidad, el género, la religión, la orientación sexual, la ideología política y la etnia, entre otros.

Muchos jóvenes (hombres y mujeres), autodefinidos como heterosexuales, no ven inconveniente alguno en tener como amigos, conocidos y familiares gays, lesbianas o trans, y no sólo tienen la capacidad de expresar su tolerancia hacia ellos, sino algo que puede ser mucho más potente, su solidaridad. Esto es algo muy importante que desde ya se vislumbra en espacios tan importantes como las universidades colombianas.

Por supuesto, todavía se mantienen rechazos desde posturas muy radicales de sectores conservadores (godos), religiosos y políticos. Ejemplos claros como la Arquidiócesis de Guadalajara (México) que el año pasado expresaba que el feminismo y la homosexualidad eran aberraciones, o el Procurador en Colombia que según el diario El Tiempo (05-11-2011) manifestaba que era un hecho comprobado que una familia debe estar conformada por dos personas de diferente sexo y que, además, de esa manera lo consagra la Constitución.

Los jóvenes, sin duda alguna, se están convirtiendo en actores importantes de esta transformación hacia una conciencia social que favorece la vida, la importancia del mundo y de los “otros” que hacen parte de su vida. Su problema no es el amigo gay o lesbiana, porque han comprendido que su problema es algo más estructural: el de una sociedad que los violenta, que los excluye, que pocas oportunidades les brinda.

Además, no obstante los riesgos que implican, los medios y el mercado vienen cumpliendo un papel importante en visibilizar un grupo amplio de población homosexual en seriados norteamericanos, novelas mexicanas y colombianas, y el cine alternativo de todo el mundo. Por supuesto, los movimientos sociales han sido significativos en este proceso de transformación social.

Estamos en un mundo en cambio importante donde los discursos que rechazan, critican y satanizan la diversidad de la orientación sexual empiezan a verse opacados y desde ya poco a poco empiezan a perder sus bases argumentativas.

Los colectivos homosexual (gay, lesbianas, trans) deben empezar a comprender que no obstante las lesiones, las estigmatizaciones y los rechazos que marcan las estadísticas, las noticias y las vivencias de muchos jóvenes, es necesario empezar a imponer el discurso, a pesar de ser todavía muy tímido, que debe llevar a un proceso de aceptación social que con el paso de las generaciones, puede llegar masificarse. Esta transformación tal vez no la veremos, pero si desde ahora se construyen los elementos que pueden impulsarlos, entonces, los futuros jóvenes gays, lesbianas y trans se construirán en un mundo mejor preparado para recibirlos, aceptarlos, respetarlos, reconocerlos e incluirlos.

Una buena estrategia es seguir profesionalizándose, formándose con mejores niveles educativos siempre en contacto con redes sociales y de amistades. Conversar más con otros grupos y alianzas estratégicas. Trabajar no sólo por los gays, lesbianas y trans, sino también por las necesidades de las comunidades locales. Estar ahí, donde el Estado olvidó estar. Apoyar a grupos necesitados y expresar siempre la importancia del respeto al otro.

Creo que el trabajo que se tiene ahora es duro con una sociedad colombiana cargada con mentes todavía ancladas en épocas medievales donde la hoguera era la solución para casi todo. Y sin duda, el Procurador es quien atiza el fuego de esa hoguera y estaría dispuesto a decidir quién debe estar dentro de ella.

Hernando Uribe Castro
Mayo 18 de 2011