Cali y su sostenibilidad débil
Por: Hernando Uribe Castro
Doctor en Ciencias Ambientales
A lo largo de las últimas décadas en la ciudad de Cali -así como
en muchos otros lugares de Colombia, América Latina y el mundo-, los gobiernos
locales y nacionales, organizaciones internacionales y Corporaciones globales
han puesto en el discurso del Desarrollo Sostenible
una profunda confianza que -como fundamento de las agendas del desarrollo, como
instrumento político y económico, como medidas, mecanismos y prácticas
sociales-, conducirá hacia unos escenarios más ecológicos y responsables
ambientalmente.
A pesar de ello, en lo concerniente a la sostenibilidad urbana, las evidencias muestran claramente que la
expansión urbana y la dinámica de la ciudad no solo son insostenibles, sino que
además caminan, vía a la profundización de la insostenibilidad. No solo porque a lo largo de su historia, el
denominado desarrollo urbano produjo efectos irreversibles sobre aquellos
ecosistemas sobre los que se asentó la ciudad, sino también porque esta urbe
que se construye hoy en día, evidencia escenarios poco ecológicos y
ambientalmente más insustentables.
La expansión urbana sobre antiguas zonas de humedal (conflicto
Humedal El Cortijo), la creciente urbanización sobre las zonas de ladera de los
ríos (El caso de la urbanización en el sector de Pance), la transformación del
paisaje boscoso por patrones de asentamiento de fincas de veraneo (En las zonas
del río Cali y Aguacatal, así como el sector de La Buitrera), la canalización
de los ríos (como el río Cañaveralejo) y el incontenible mercado del suelo
hacia el sur de la ciudad en conexión con la urbanización en Jamundí, son
muestras claras de todo este proceso.
Es evidente todavía que, ni las instituciones, ni sus agentes-,
tienen claridad sobre la importancia de los principios de responsabilidad
ambiental. La sostenibilidad es usada
por agentes e instituciones como un concepto más que adorna los proyectos
planteados, como para cumplir con las demandas exigidas por las agencias
globales ambientales, pero en la práctica, su sentido se desvanece.
No basta con dejar unas cuantas zonas verdes, limpiar calles,
sembrar algunos árboles. La responsabilidad ambiental es un proceso más
profundo que tiene que ver con un cambio sincero y genuino de una estructura
social, mental y cognitiva por un ambiente sano y seguro. Unas políticas
genuinas que contemplen la importancia de los elementos de la naturaleza (el
agua, la tierra, el aire, la diversidad de especies) para la sustentabilidad de
la vida de humanos y de las demás especies.
Antes de responder cómo hacer de Cali una ciudad sostenible, es
necesario pensarse porqué prevalecen las prácticas de insostenibilidad e insustentabilidad. Infortunadamente, la
organización del sistema político, de la administración local, departamental y
nacional del Estado está elaborada sobre bases de fragmentación y
departamentalización que hacen de sus acciones limitadas cuando tienen que
hacer frente a la resolución de problemas y conflictos. Resoluciones que
también son respuestas fragmentadas, descontextualizadas y segregadas. A veces
corroídas por la corrupción, el oportunismo y el clientelismo.
Y esta fragmentación no solo existe en la acción política
institucional sino que se evidencia también en la mente de todos aquellos agentes
que tienen el ejercicio del poder y de la toma de decisión. Hace falta pensar
la integridad, la ciudad como un sistema que integra elementos ecológicos y
sociales. La ciudad, lo urbano, no solo son cuestiones relacionadas con un
sistema de objetos, sino que estos están en plena interacción con un sistema de
acciones.
El ordenamiento del territorio no se debe dejar solo a los
políticos y a las empresas inmobilitarias. Pensar un territorio es una tarea
conjunta de todos los actores y agentes de la sociedad. No es para un club
selecto que se dice profesional y sobre los que recae la vida de millones
personas y de toda la trama de la vida existente en los territorios.
¿Cómo frenar esta insustentabilidad? ¿Cómo comprometer a todos los
agentes y actores sociales en el camino de la responsabilidad ambiental y con
la vida? ¿Es posible un modelo urbano distinto y que ponga contrapeso a la injerencia
de los especuladores, corruptos, clientelistas y depredadores de la naturaleza?
¿Cómo transitar de la sostenibilidad débil y de papel mojado a una sustentabilidad
fuerte y profunda?