Este es un espacio que propone reflexiones y debates sobre la inter-retro-conexión sociedad en la Naturaleza y la Naturaleza en la sociedad.

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miércoles, 26 de octubre de 2016

La Laguna de Sonso

La Laguna de Sonso, Valle del Cauca, Colombia

Por: Hernando Uribe Castro, Magíster en Sociología
Candidato a Doctor en Ciencias Ambientales


La Laguna de Sonso es de los pocos ecosistemas que quedan como muestra de lo que en algún momento fue el paisaje biodiverso del valle geográfico del río Cauca en Colombia.

Actualmente posee una extensión de 2.045 hectáreas, de las cuales, se supone que 745 has son de la zona lagunar (cifra por cierto muchísimo menor porque la mayor parte de este espejo de agua está hoy copada por el buchón de agua) y 1.300 has en zona amortiguadora.

Se alimenta de las aguas del río Cauca en periodo de lluvias intensas y en menor proporción de algunos afluentes: ríos Guadalajara y Sonso. Se encuentra dentro del ecosistema bosque seco tropical inundable a la que llegan especies de aves migratorias. En ella existen especies de fauna y flora, formando un ecosistema valioso e importante para el planeta.

Foto: Hernando Uribe Castro en la Laguna de Sonso - Bosque seco tropical inundable
Septiembre de 2016.

La laguna tiene funciones tales como la regulación natural del caudal del río Cauca, la disminución de la frecuencia de los desbordamientos del río Cauca aguas abajo de la laguna, la recarga y descarga de los acuíferos (aguas subterráneas), la estabilización de las condiciones climáticas locales, la filtración natural previniendo el aumento de nitritos, los cuales producen eutrofización; pero también es un ecosistema del que se sustentan comunidades de pescadores.

La dinámica natural de esta laguna ha sido afectada desde los años cincuenta por parte de propietarios privados interesados en ampliar la frontera de los cultivos de la caña de azúcar y también por parte de las agencias del Estado, cuando por ejemplo, se hizo la vía que conectaba Yotoco-Buga en los años sesenta. De ahí en adelante las afectaciones han sido recurrentes, pues tal como se conoció en los inicios del 2016, propietarios privados habían afectado la laguna haciendo jarillones, rellenando y desecando este lugar.

Foto: Hernando Uribe Castro, Laguna de Sonso, Septiembre de 2016.
Ella representa un conflicto de intereses que pone en evidencia, por una parte, el avance agroindustrial y por otra, la capacidad de la movilidad social para defender un espacio natural de las dinámicas de capitalismo corporativo agrario. Una comunidad ambiental que integra campesinos agrícolas, pescadores, académicos, intelectuales y todo tipo de actor social sensibles a la naturaleza. Todo un conjunto de sujetos que como comunidad ambiental proponen distintos repertorios que van desde marchas, concentraciones, caminatas, eventos académicos, difusión de folletos hasta denuncias públicas en medios de comunicación, exigencias a autoridades ambientales. A los repertorios de defensa por la laguna de las tradicionales, se le sumaron los repertorios más recientes cuando el marco legal constitucional y normativo fortalece la demanda y denuncia penal ambiental para la judicialización de los promotores del daño ambiental.

Por su parte, las instituciones del Estado ante las distintas demandas han dado como respuesta acciones de institucionalización del conflicto como: emitir decretos, normas, acuerdos, instrucciones e, incluso, procesos sancionatorios, como aquellos que se tomaron en el 2016 contra algunos de los propietarios privados que habían afectado la laguna en diciembre del 2015. Sería muy interesante que se diera a conocer de parte de las autoridades en qué va todo este proceso.

Este es un conflicto que deja una gran inquietud y tiene que ver con lo siguiente: A lo largo de todo este tiempo, la autoridad emitió decretos, acuerdos y normas para defender y conservar la laguna. Incluso, la Carta Constitucional de 1991, la creación del Ministerio del Medio Ambiente en 1993, la Ley de Ordenamiento Territorial de 1997, la inclusión de Colombia en la red RAMSAR, entre otros actos de carácter jurídico y legal que se podrían citar, se han erigido como soporte central para la conservación de los ecosistemas del país en sus condiciones ecosistémicas propias y propicias para la existencia de la vida. ¿Ha sido suficiente todo este marco legislativo, legal, para la defensa de la naturaleza? ¿Por qué existiendo toda esta normatividad y toda la defensa comunitaria, la Laguna de Sonso continúa con su proceso de deterioro ambiental?

El caso de la Laguna de Sonso muestra claramente los efectos nocivos del interés de unas elites de avanzar en el proceso expansivo de la caña de azúcar en el valle geográfico del río Cauca, siendo éste ecosistema significativo para la dinámica hidrológica del río, la biodiversidad de especies y la sustentabilidad de las comunidades campesinas.

Foto: Hernando Uribe Castro. Frontera de la caña de azúcar en la Laguna de Sonso.
Septiembre de 2016.
Según el Acuerdo 105 de 2015 de la CVC, se hace la homologación de denominación de la Laguna de Sonso de Reserva Natural a la categoría de Distrito Regional de Manejo Integrado Laguna de Sonso. Entre una cosa y otra existen diferencias sustanciales en términos de su protección, conservación, pero también de su uso. ¿Qué repercusiones ambientales tiene esta nueva denominación? ¿En qué momento se dio este cambio y por qué la comunidad no se percató de esta nueva denominación? ¿Qué ventajas y desventajas representa para la laguna esta transformación en Distrito Regional de Manejo Integrado?

martes, 4 de octubre de 2016

EL DÍA QUE SE DIJO NO

EL DÍA QUE SE DIJO NO!

Por:
Hernando Uribe Castro
Magíster en Sociología, Candidato a Doctor en Ciencias Ambientales

Como un hecho inédito, por las condiciones en que se presentó, y luego de cuatro años de negociación entre el grupo de guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-EP) y el gobierno colombiano del presidente Juan Manuel Santos, se logró firmar el "Acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera" el cual no solo se le presentó a los colombianos sino también a la comunidad internacional quien, desde sus distintos espacios y escenarios, ofreció todo su apoyo: Organización de Naciones Unidas, Unión Europea, e incluso, el Vaticano.

El momento llegó, la fiesta se sentía en las calles de aquel 2 de octubre cuando se llevó a cabo el plebiscito como acto para la refrendación de este acuerdo y como parte de la promesa democrática para que no fuera una imposición que haría el gobierno al pueblo colombiano. La pregunta en el tarjetón que se entregó a los votantes era: “¿Apoya usted el acuerdo final para terminar el conflicto y construir una paz estable y duradera?”.

Luego de la larga jornada de aquel domingo, el resultado fue increíble para un país que había vivido 52 años ininterrumpidos en conflicto armado: el plebiscito lo ganó el “No” a la paz, que es un No al acuerdo firmado con las Farc-ep por una mínima ventaja sobre el SI. El país quedó polarizado de este modo: 6.419.759 (50,23%) ciudadanos rechazaron en las urnas lo pactado con la guerrilla, frente a los 6.359.643 (49,76%) que dijeron “Sí”. Con este resultado la fiesta por la paz se tiñó de gris. Una lluvia intensa al modo de tormenta invadió toda Colombia. Tormenta que se vivió también en los corazones de quienes votamos SI. La noche quedó en silencio. Muchos se movilizaron a las redes sociales a expresar su dolor de patria, su angustia, su rabia, su impotencia y su indignación. El mundo entero no lo podía creer y tampoco entender. Los medios globales anuniciaron "Colombia dijo NO a la paz".*

La pulsión de muerte y terror volvió a recorrer el espíritu del territorio que se creía pacificado y que, liberada, se impuso como una emoción que flotó sobre los efectos salvajes del odio.

¿A caso este resultado fue sorpresivo? ¿Qué se puede esperar de una población enferma de odio, entretenida con fútbol e ignorante en cuanto a cultura política? Una población manipulable que es, ingenuamente, leal a los valores que imponen los medios de comunicación y algunas élites de poder que producen la guerra a través de dispositivos culturales sutiles como la radio y la televisión. Uno de los momentos de mayor expresión de "estupidez colectiva" que contarán los jóvenes de las generaciones futuras cuando traten de entender este momento en la trayectoria histórica de este país. Un caricaturista reconocido en Colombia dibujó el símbolo de la paz, la paloma blanca, crucificada con una frase bíblica: “Padre, perdónales porque no saben lo que hace”.

Sin duda alguna, se dejó ver la “embriaguez social y colectiva” producida por el constante “cóctel” que los colombianos ingerimos diariamente y que combina: una baja institucionalidad, altos niveles de corrupción, ignorancia en cultura política de una alta proporción importante de los ciudadanos que sabe más de fútbol que de historia y, que además, desayuna, almuerza y cena viendo aquellos noticieros que son los dispositivos por excelencia de la manipulación y el control del imaginario social y colectivo. Medios de comunicación que alcanzan importantes ingresos reproduciendo la violencia física y simbólica con novelas de narcotráfico, violencia y dolor. Apología a los males globales de la sociedad y poco sobre educación, la convivencia y el amor.

Al parecer, una muy buena parte de los colombianos no tenía ni idea de lo que significaba vivir el conflicto armado pues lo habían visto a través de sus pantallas y en sus hogares urbanos, mientras que aquellos que vivieron en carne propia la visita de la muerte, el sonido de los fusiles y las metrallas y que además en algún momento tuvieron que salir corriendo de sus campo y lugares de vida como aldeas y pueblos, exigieron de inmediato la Paz. Con los resultados del plebiscito, las victimas fueron revictimizadas. 

Interesante el que en aquellos municipios más golpeados por la violencia el pueblo salió a las urnas a votar por el SI de la aprobación de los acuerdos. En lugares como Bojayá (Chocó), que fue afectado ferozmente por la confrontación de los grupos armados, por ejemplo, la gente perdonó a las Farc-ep y votaron SI con el 95%, mientras que en ciudades capitales como Medellín un 63% dijo NO. Unas votaciones donde la abstención llegó a un 62%. La ceguera se impuso sobre las mentes ingenuas mientras que la lucidez del pueblo colombiano se escondió.

A partir de este momento y ante estos resultados, volvió a la mente de muchos colombianos lo aprendido cuando en los libros se nos hablaba de la “Patria Boba”. Las clásicas frases de Simón Bolívar se hicieron notar nuevamente en las redes virtuales: "Un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción". El país entró en una situación de incertidumbre. El gobierno de inmediato llamó a la calma social y a llevar a cabo un gran acuerdo nacional invitando a todos los partidos políticos a buscar la ruta más apropiada para afrontar esta difícil situación. Los impulsores del NO, como acto de victoria, se dejaron ver en todos los noticieros felices y triunfantes. Los partidos políticos en silencio total. Las Farc-Ep desde Cuba, lugar que los había acogido durante el proceso de negociación dijeron que se mantendrían firmes en la búsqueda de la Paz.

Ahora el escenario colombiano es para tomarlo con pinzas y esperar la estrategia política del presidente Santos, que seguramente, impaciente, preocupado, tendrá que tener el control y la serenidad para sacar este proceso adelante. Los estudiantes de las universidades empezaron a hacerse sentir en las calles, movilizándose y pronunciando la palabra "Paz", haciendo marchas de antorchas y jornadas de caminatas por las principales ciudades. El país macondiano se dejó ver como lo que es, y como García Márquez ya lo había descrito en su famosa obra.

El caso colombiano es un reto inmenso para cualquier pensador e intelectual en el mundo que trate de comprender una sociedad como esta. Y para los pensadores colombianos, este país implica un reto doblemente inmenso, pues tenemos que hacer el esfuerzo para comprendernos, para extraernos de nosotros mismos y poder ver la verdadera cara del pueblo al que pertenecemos.

*Sugiero lean esta entrevista el promotor del NO que muestra claramente las estrategias utilizadas para manipular a los votantes ingenuos:
http://www.larepublica.co/el-no-ha-sido-la-campa%C3%B1a-m%C3%A1s-barata-y-m%C3%A1s-efectiva-de-la-historia_427891

martes, 27 de septiembre de 2016

UN AVANCE SIGNIFICATIVO EN COLOMBIA PARA EL MUNDO

Un avance significativo en Colombia para el mundo

Por:
Hernando Uribe Castro
Magíster en sociología, Candidato a Doctor en Ciencias Ambientales

Desde que tengo más o menos conciencia de la vida, mis oídos han escuchado, mis ojos han visto y mi cuerpo ha sentido, directa e indirectamente, los estragos del conflicto armado que ha tenido como consecuencia, un reguero de vidas muertas, desaparecidas, excluidas, torturadas y desperdiciadas. Ecosistemas destrozados, campos arrasados, minados y bosques talados. Madres humildes que cargaron con el dolor de perder a sus hijos, esposos y familiares.

El dolor de cada colombiano, de cada ser humano que enfrentó la perversidad de la guerra, lo llevamos como carga en nuestros hombros pues somos parte del mismo sistema.

Hoy, con este avance significativo de las negociaciones de paz surge una nueva esperanza, motivos que llenan el corazón de un nuevo sentir sobre la bases de que es posible, en el límite de la existencia, volver a vivir; motivos para una sociedad en cambio, que se veía obstruida y desgarrada por el continuo dolor promovido, muchas veces, por la manipulación de unas elites poderosas que se lucraban del conflicto, que tenían el control sobre la vida de cada uno de nosotros y cuya rentabilidad de la guerra les hacía más poderosos y ricos cada día.

¿Cuántas veces despertamos odios y rencores por desconocimiento? ¿Cuántas veces emitimos prejuicios a poblaciones que habían sido victimizadas y re-victimizadas por el simple hecho de sentirnos más? ¿Hasta dónde nuestro egoísmo y desconocimiento nos van a llevar a profundizar un holocausto de dolor, de apatía y de rencor? ¿Cuantas veces nos hemos cargado del odio de otros como si fueran los odios propios? ¿Cuantos colombianos no reclaman la guerra y el reguero de sangre desde sus casas, teniendo como intermediario su televisor y seguros en sus habitaciones? Mientras que los otros, los que la sufrieron, la vivieron en carne propia reclaman la paz y la convivencia.

Como humanidad primero, y luego como colombianos, debemos considerar la posibilidad de que es posible un buen vivir, cuando luchemos por despojarnos de tantos egoísmos y de tantas avaricias. Cuando nos demos en la tarea de conocer más de lo que acontece al mundo, para tomar pausa en nuestro agitado vivir. Cuando dejemos de estropear a otros por alcanzar nuestro ideales.

A veces es necesario hacer de fuerza corazón para encaminarnos hacia el cambio. Mirar hacia atrás para tratar de aprender las enseñanzas que nos deja ese pasado doloroso para dirigirnos hacia un futuro distinto. ¿Cómo será?, no lo sabemos, pero para eso son las enseñanzas del pasado y la búsqueda de las mejores decisiones de dar pasos seguros en el presente.

No es necesario prolongar el dolor, no es necesario prologar el odio y el desprecio. Es posible un mundo más vivible, siempre y cuando, comprendamos que el camino más apropiado para ese mundo es estar en paz, convivencia y serenidad. Despojarnos del peso de los miedos para enfrentarnos a cada paso que demos, a nuevas situaciones con nuestras mentes más abiertas, más sensibles y más humildes.

Como especie humana podemos participar y promover ese cambio. Que el odio no domine el corazón, que la avaricia quede postrada a la humildad de especie y que hagamos de nuestros cuerpos lugares habitados por un alma sensible a la vida, la naturaleza, a la convivencia con otros seres humanos.

Nuestra obligación como especie es continuar enfrentando inteligentemente la ignorancia de aquellos que se perpetúan en el racismo, las homofobias, las xenofobias y todo tipo de maldad y brutalidad que niega la existencia de los otros y la grandeza de la belleza del mundo.

Somos parte de una especie en la que cada uno de los seres humanos dependemos del agua, del aire, de la tierra, de los alimentos, de la belleza de este mundo que nos ha dado la posibilidad de la vida. Ni el dinero, ni el oro, ni nada de eso son tan importantes como los elementos de la vida para poder vivir y para poder ser.

Convivimos con otros seres también vivos que merecen no solo nuestro respeto sino la posibilidad de vivir y de ser lo que son.


viernes, 16 de septiembre de 2016

DE LA DIVERSIDAD AGRÍCOLA Y OTRAS RESISTENCIAS A LAS CORPORACIONES GLOBALES

De la diversidad agrícola y otras resistencias a las corporaciones globales

Por:
Hernando Uribe Castro
Magíster en sociología. Candidato a Doctor en Ciencias Ambientales
Miembro del CIER

Las corporaciones globales han logrado imponer estilos de vida homogenizantes como por ejemplo sucede con el consumo de alimentos globales que tienen repercusiones directas en la nutrición de la población y la soberanía alimentaria de los pueblos. Todo ello promovido por medio de estrategias -como aquellas que en la década de los años setenta y ochenta del siglo XX difundieron la Revolución verde y más recientemente con los cultivos transgénicos (o segunda revolución verde)-, que generan importantes ganancias para los agentes corporativos.

Algunos productos agroindustriales fueron masificados con fuerza por las Multinacionales de la carne y el azúcar, e incluso expandieron cultivos para la producción de agrocombustibles,  integrados a una política de derechos de propiedad que conllevó a la pérdida de la soberanía campesina y el control-posesión-autoridad de las transnacionales sobre toda la cadena productiva de los alimentos, iniciando desde la posesión de las semillas.

Así, la alimentación de los seres humanos no sólo se vio afectada por los cambios climáticos globales sino también por el modelo económico que privilegió la producción corporativa-industrial de comida, la destrucción de la sociedad campesina y la tendencia creciente a la especialización económica de las áreas en donde se impone el extractivismo y la monoproducción. A ello se sumó un comercio global de alimentos industrializados, dinamizado por las ventajas que ofrece la publicidad para incitar al consumo.

Se está experimentando una estandarización de la dieta alimenticia que tiene como consecuencia el exterminio de la diversidad agrícola y alimentaria. Incluso una globalización de la dieta tiene efectos nocivos para la salud humana. El CIAT lo ha señalado: Más gente está consumiendo más calorías, proteínas y grasas en base a una lista cada vez más corta de los cultivos mayoritarios, como el trigo, el maíz y la soja, junto con la carne y los productos lácteos” (OEI, 2014). Esto implica grandes riesgos para la sustentabilidad en aquellas regiones donde su agricultura tradicional se ha transformado.

En Colombia por ejemplo, existen regiones superespecializadas en la extracción bien sea de petróleo, de oro, el monopolio de la caña de azúcar y la palma de cera: el valle geográfico del río Cauca y, más recientemente, en los Llanos Orientales, se han transformado áreas megadiversas en espacios especializados en caña de azúcar para agrocombustibles. Las ganancias de esta monoproducción quedan concentradas en los agentes del capital agroindustrial, pero los estragos ambientales como la contaminación de las aguas, del aire y la destrucción de los humedales, los ríos y las cuencas hidrográficas sí se distribuyen sobre la población. El Plan Frutícola promovido por el gobierno departamental del Valle no ha logrado despegar y los cultivos como el maíz, el plátano, el arroz, la soya, el sorgo, el frijol entre otros poco a poco han desaparecido del contexto espacial de la zona plana. Solo basta hacer unos cuantos cálculos con los datos que ofrece el Anuario Estadístico del Valle del Cauca para darse cuenta de ello. Es decir, de cómo la diversidad agrícola en la zona plana representa hoy tan solo el 35% frente a un 75% de la tierra cultivada en caña de azúcar.

Obsérvese cómo la explotación de la tierra en el valle geográfico del río Cauca la hacen unos agentes agroindustriales de monopolio cañero y no los campesinos: se tiene una extensa agricultura comercial sin campesinos.

Frente a esta tendencia homogenizadora, existen razones para la esperanza y un cambio de mentalidad por cuanto las comunidades vienen resistiendo de distintas maneras: trabajando por la soberanía de la producción propia de semillas y alimentos; otros por el derecho de comerciar sus productos y poder habitar sus territorios. En algunas zonas como el norte del Cauca, las comunidades continúan promoviendo los huertos caseros y comunitarios; poco a poco la agricultura urbana hace presencia en la ciudad; algunas personas resisten a partir de la “revolución de la cuchara” transitando hacia las prácticas vegetarianas y veganas; comunidades urbanas trabajan por el reverdecimiento de la selva de cemento; otros, como las comunidades indígenas, luchan por la liberación de la Madre Tierra. Poco a poco se forman más jóvenes en carreras ambientales y afines al trabajo comunitario, participando políticamente en organizaciones y movimientos políticos. La defensa y el amor por los animales se toman todos los espacios juvenes y las redes. Toda una comunidad exige al Estado más protección a la vida y la naturaleza.


viernes, 19 de agosto de 2016

EDWARD

EDWARD

Bajo esa luz emanada por la luna golosa, inmensa y brillante que rasgaba el infinito manto oscuro de la noche del 18 de agosto, su aliento de vida se despegó de su cuerpo para alzarse hacia los confines del infinito cósmico. Y su alma, seguramente impactada, desubicada e impaciente, se apartó de su cuerpo, desgarrando su maravilloso ser.

Una bala salida de un arma de fuego impulsada intencionalmente por la fuerza del dedo sobre el gatillo, atravesó su humanidad. Un hombre salido de cualquier parte, entre las penumbras malintencionadas y llenas de avaricia, no solo le arrebató su motocicleta sino que además le arrancó su existencia.

Hacía tan solo un mes atrás, en medios de libros e historias en el Centro de Documentación de Geografía de la Universidad del Valle, Edward me había confiado sus sueños, sus alegrías y sus motivaciones, como si sintiera la necesidad de que quedara en mi memoria las huellas de su vida. Habíamos quedado con el compromiso de hacer un buen trabajo académico para su grado. Y logramos adelantar algo del tema de investigación.

Ese día, después de risas, charlas, promesas y tareas, no se dio una despedida como las demás, pues fue una despedida que se impregnó con un fuerte abrazo, corrientazo de energía al estrechar nuestros cuerpos, extrañamente prolongado y muy fraternal. El momento se percibió con una profunda sensación de no querer despedirnos nunca. Lo sentí intensamente mi amigo... Una última mirada, una cálida sonrisa y unas manos diciendo adios...

Un joven maravilloso que salió de su tierra en busca de oportunidades, con esfuerzo llegó a la universidad y allí se marcó un rumbo de vida en la caótica, insegura y desfigurada ciudad. Ruta que terminó anoche bajo las sombras de la oscuridad callejera y con la luna y las estrellas como testigos.

Tengo en mi memoria el verlo atento en el salón de clase. También, sentado en su lugar de trabajo entre libros y estantes, siempre con esa sonrisa maravillosa y un sentido inmenso de cordialidad.

Una vida que se apaga, un recuerdo que se queda y un dolor que perdurará.



viernes, 12 de agosto de 2016

UNA LUCHA IMPARABLE: RECONOCIMIENTO POLÍTICO Y SOCIAL DEL LGBTI

UNA LUCHA IMPARABLE: RECONOCIMIENTO POLÍTICO Y SOCIAL DEL LGBTI

Por
Hernando Uribe Castro
Magíster en Sociología y Candidato a Doctor en Ciencias Ambientales
Universidad del Valle
Prof. Universidad Autónoma de Occidente


Se están presentando importantes transformaciones en la sociedad y una de ellas es, precisamente, el espacio que poco a poco la comunidad LGBTI ha ganado con una lucha que ha buscado más el reconocimiento político. Y esto se evidencia en los logros alcanzados en términos de legislación con respecto a la protección social, la adopción, el matrimonio y la herencia, en el mundo y en Colombia. 

No obstante estos logros alcanzados, la comunidad es aún foco del rechazo de parte de sectores políticos conservadores, radicales de la iglesia católica, grupos religiosos ortodoxos, sectas, neonazis, fanáticos y familias común y corriente poco educadas. Un rechazo que ha provocado, incluso, que algunos jóvenes ante la presión social decidan el camino del suicidio, como claramente se ha visto en varios casos aquí en Colombia y el triste episodio del joven Sergio Urrego. Esto indica que tanto el Estado, garante de derechos, como la sociedad civil, debe continuar el duro trabajo por el reconocimiento social.

Mientras esto sucede, lentamente, en las diferentes esferas políticas y sociales del mundo se están dando pasos importantes para reconocer la diversidad sexual y de género como un hecho significativo y de cambio social. Y en ello, el aporte de las ciencias sociales y los campos afines ha sido central al brindar los dispositivos necesarios para argumentar y neutralizar los ataques de posturas conservadoras que pretenden negar y silenciar la existencia de la diversidad humana.

La comunidad defensora de la diversidad sexual y de géneros sabe que este proceso no es fácil, pero que se debe continuar con los esfuerzos para alcanzar tanto el reconocimiento legal como también el reconocimiento social. Esta es una lucha imparable, sobre todo si se continúa abriendo el debate al escenario público.

Ya el prestigioso sociólogo Manuel Castells había señalado en su libro La Era de la Información que la comunidad que defiende la diversidad sexual y de género no puede recluirse y ocultarse. Que es necesario continuar la lucha inteligente, abierta, respetuosa y decidida de la revolución sexual que enfrenta el patriarcado y las posiciones retardatarias de sectores de la sociedad.

También Pierre Bourdieu decía que la comunidad gay debía mantenerse integrada a la dinámica social, nunca aislada: “Dado que por razones sociológicas, los homosexuales (al menos sus líderes) poseen un capital cultural considerable, podrían jugar un papel en el trabajo de subversión simbólica indispensable para el progreso social.” (Bourdieu, 1998) (2)

Continuar construyendo ese reconocimiento social, a la par con el reconocimiento de derechos, es la clave para enfrentar la exclusión, la discriminación y la injusticia social. Es la mejor estrategia para que las muertes de estos jóvenes y la memoria de quienes han dado su vida en esta tarea de tanto riesgo no quede en la impunidad. También es un aliento de respaldo para todos aquellos(as) que se van autoreconociendo en medio de las adversidades, los estigmas y los señalamientos. 

La comunidad LGBTI, como estrategia para lograr una aceptación social más respetuosa de parte de la sociedad debe continuar con su labor social, de lucha contra la pobreza y la marginación de sectores humanos; apoyar procesos comunitarios; intervenir socialmente de modo propositivo y positivo para el cambio social dirigido, así como el tratar de alcanzar mejores niveles de educación y acceso a estudios superiores. Todos estos espacios y escenarios de actuación y de formación son propicios para abrir las puertas del reconocimiento social. Ir más allá con la creatividad cultural como medio de integración a la sociedad.

La comunidad LGBTI tiene que seguir buscando alianzas y apoyos con los agentes del Estado, las universidades, los intelectuales y las organizaciones sociales. Así mismo con sindicatos, gremios, organizaciones sociales, ONGS, asociaciones, economías solidarias, grupos religiosos. Capitalizar las oportunidades política que brinda el poder acceder a un nuevo discurso que contenga la importancia de la dimensión social y del respeto por la vida. La comunidad como parte de la sociedad es parte también de una especie humana que está enfrentando el peor momento de crisis ambiental.Debe hacer parte de estas búsquedas creativas del respeto no solo por la vida sino también por la naturaleza. 

Cuando la sociedad vea estos aportes, cuando la sociedad vea que el LGBTI aporta a un mundo en equilibrio con la naturaleza, que respeta la vida, que ayuda a construir un futuro diferente, más justo, es cuando la sociedad misma defenderá el movimiento LGBTI, saldrá a su favor y será la sociedad misma la que enfrentará a los grupos más retardatarios, que por cierto, se quedarán sin argumentos de ataque.  

Por ejemplo, es importante comprender que una mayor integración de las personas con orientación homosexual en las relaciones sociales de la vida cotidiana como de amistad, de familia, comerciales y educativas, con otras personas y ampliando la red de grupos, puede fortalecer los sentimientos aceptación, reconocimiento y solidaridad. Al ampliar las redes sociales se amplían las posibilidades de su reconocimiento social.

Esta lucha es imparable. Las discusiones recientes en Colombia por los manuales educativos y por la incorporación en las agendas educativas de las cátedras de educación sexual lideradas por el Ministerio de Educación, continuarán; pero estas confrontaciones son parte del proceso de construcción de una sociedad que muestra esa dinámica de cambio social, que muestra los niveles de lucha y que sin duda representa oportunidades de seguir buscando soluciones creativas frente a ese estigma social. Debe recordarse que el hecho que motivó el que la Corte Constitucional de Colombia produjera una Sentencia sobre la incorporación del tema de la diversidad sexual y de género, así como de educación sexual en lo colegios, tuvo como origen las acciones discriminatorias que llevaron a que un colombiano decidiera el camino de la muerte antes que enfrentar la discriminación. Esto no puede volver a repetirse en una sociedad que se dice es democrática y respetuosa de la libertad y la justicia. Si existe una Sentencia, esta debe acatarse y punto.

Muy a pesar de aquellas personas y grupos que niegan, rechazan, discriminan, eliminan, denigran e irrespetan al LGBTI, ésta seguirá trabajando para alcanzar los logros, ampliando las redes de aceptación y el construyendo el reconocimiento social. 

Seguramente, esto será una motivación para que aquellos que usando el disfraz del odio, el rechazo, la discriminación, la homofobia, con el que esconden su verdadera orientación sexual, salgan de sus cárceles mentales, rompan con las cadenas que los atan y se abran felices y de lleno al mundo tal y como son.