Este es un espacio que propone reflexiones y debates sobre la inter-retro-conexión sociedad en la Naturaleza y la Naturaleza en la sociedad.

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martes, 10 de marzo de 2020

LA DEFENSA DE LA VIDA: CONMEMORACIÓN DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

LA DEFENSA DE LA VIDA:
Conmemoración día internacional de la mujer

Elizabeth Gómez Etayo, Francia Márquez (Premio Goldman para el medio ambiente 2018) y 
Hernando Uribe Castro

Lideresas del norte del Cauca y profesoras de la Universidad Autónoma de Occidente con Hernando Uribe Castro

miércoles, 29 de enero de 2020

LAS INTERVENCIONES POLÍTICAS DE LAS CIENCIAS AMBIENTALES


Las intervenciones políticas de las ciencias ambientales[1]

Por
Hernando Uribe Castro
Doctor en Ciencias Ambientales
Director Doctorado en Regiones Sostenibles

El campo ambiental puede definirse como un espacio social de luchas y confrontaciones entre distintos tipos de agentes de Estado, corporativos y sociales que desde sus lugares, posiciones y jerarquías perciben, comprenden y actúan según sus visiones e intereses frente a los bienes existentes en la naturaleza.

Estos diversos intereses no solo se ubican en una dimensión económica sino también en una dimensión ética y política. Por tanto, las ciencias ambientales como uno de los componentes destacados del campo ambiental, es un espacio de formación académica e investigativa que está inserto tanto en el mundo científico como en el mundo de la sociedad ‒y sobre todo cuando su objeto de estudio y de investigación orbitan en la comprensión y entendimiento de las relaciones de inter-retro-conexión entre los grupos humanos y los ecosistemas‒ no puede quedar al margen de los verdaderos debates y discusiones que se producen en la sociedad con respecto a la dimensión ambiental de la existencia.

Unas ciencias ambientales distantes de la realidad social ‒desinteresadas, desconectadas y con expresiones de desidia ante un mundo que está siendo destruido ecosistémicamente por otros agentes interesados en sacar renta, provecho económico de los bienes existentes en la naturaleza‒, serán unas ciencias ambientales orientadas al fracaso.

Las ciencias ambientales no pueden ser de escritorio y de oficina. Por tanto, como estudiantes, profesores, egresados, y, en general, como una comunidad académica altamente “ambientalizada”, pensante y reflexiva, tenemos la obligación de integrarnos y con nuestras palabras ofrecer una visión crítica y propositiva que confronten aquellos poderes, decisiones, burocracias y tecnocracias que atentan con sus políticas contra la vida de los ecosistemas y la de todos sus bienes. Esa es la lucha que se produce en el campo ambiental.

Nuestra posición y nuestras posturas como autoridad científica que posee el criterio para plantear y dar verdaderos debates con respecto a la defensa, el cuidado y la protección son importantes y necesarios. Tenemos la eficacia de la argumentación y de la prueba científica pero también de la eficiencia del poder simbólico para influir decisivamente e incentivar un respeto y promover la dignidad por la trama de la vida. Las ciencias ambientales aportan en este sentido a la construcción de un “habitus ambiental”. Se requiere de unas ciencias ambientales que dialoguen con el mundo, con los agentes comunitarios y organizativos, con los movimientos políticos y sociales.

Quedarse callados y dormitar en los silencios profundos ‒siendo agentes que piensan y reflexionan sobre los efectos producen en la naturaleza los eventos como la gran minería, el monocultivo, la injusticia ambiental, la destrucción del bosque, del agua, del aire, de la biodiversidad, la nefasta actuación de la burocracia extractiva y destructora‒, es un acto de alta y significativa desidia e irresponsabilidad.

Especialmente cuando nuestras palabras, autorizadas por la ciencia y nutriéndose de esta fuente, y en nuestros actos investigativos (que son actos científicos y políticos), contamos con los dispositivos, los recursos argumentativos y demostrativos, para combatir el reduccionismo y la desproporción del interés económico que en función de la extracción a gran velocidad quiere extraer riqueza y acumular capital, y por ese camino, exterminar la vida en el planeta.

Incluso, quedarse callado para denunciar lo que está sucediendo en términos de la ciencia ambiental, aun conociendo y reconociendo los efectos nocivos y perversos de las políticas, de las acciones de Estado y de las consecuencias de las actividades empresariales y corporativas que afectan directa e indirectamente los ecosistemas, nos convierte en cómplices de esta destrucción.

Se debe tener la fuerza de la palabra y de la prueba científica para movilizar los movimientos sociales, en los escenarios de debate y en los espacios en donde se toman las decisiones a favor o en contra de la defensa de los bienes de la naturaleza para producir un efecto en aquellos que tienen la opción de transformar y cambiar el rumbo de esas políticas y decisiones destructivas, esta es parte de nuestra tarea, es nuestra lucha y más aún, es una obligación.  Se crea entonces, la imperiosa necesidad de pensar y de actuar.

No es posible congelarse en la urna de cristal ni refugiarse en las fronteras rígidas de la “ciudad sabia” viendo desde la distancia cómo se destruye el mundo, la casa común, toda la existencia. Entre nuestras ideas, reflexiones, propuestas, investigaciones, posiblemente pueden encontrarse las posibles respuestas, e incluso, las posibles soluciones por una sociedad distinta y un buen vivir planetario.




[1] Esta reflexión hace parte del libro de Uribe Castro, Hernando (2018). “Sobre el campo ambiental”. En: Cuadernos del Doctorado No. 1, Universidad Autónoma de Occidente, pp. 133-135.  

martes, 17 de diciembre de 2019

EL ARTE DE LAS RUPTURAS


El “arte” de las rupturas

Por:
Hernando Uribe Castro
Doctor en Ciencias Ambientales
Director Doctorado en Regiones Sostenibles

Pienso que si por algo es reconocido el campo de la sociología – y especialmente la sociología de Pierre Bourdieu-, es por haber afinado los mecanismos y las herramientas académicas e intelectuales del “arte de la ruptura”  entendida como el conjunto de disposiciones, destrezas y habilidades para desvelar los hechos ocultos, decir a la sociedad lo que ella no quiere saber, desenmascarar las estructuras sociales más arraigadas en lo individuos, quitar los velos de los fenómenos sociales y comprender que la sociedad no es transparente.


El ejercicio de realizar rupturas permite activar capacidades comprensivas que ayudan a deconstruir realidades "naturalizadas" y fuertemente arraigadas como verdades absolutas. Un ejercicio que incluye además, el que se pueda acceder a los dispositivos analíticos con los cuales se pueda no solo deshacer "verdades" sino también se pueda diluir "veracidades" inmovibles y fijas que habitan en cada uno de nosotros. Descubrir los determinantes sociales que pesan sobre cada uno y que influyen tanto en este pensamiento rígido como en las formas como observamos el mundo. Se puede suponer que el arte de la ruptura, así como la sospecha, sirve para comprender mejor por qué somos como somos y por qué actuamos como actuamos. 

Unos ejercicios de reflexividad que deben proyectarse también hacia los otros escenarios de nuestra existencia social –por ejemplo la familia- y sobre todo en aquellos campos a los que confiamos nuestros procesos formativos -como seres sociales, profesionales-, como la escuela y los campos de conocimientos a los que nos adscribimos. Reconocer y poner en juicio (en suspenso), todos los determinantes sociales que pesan sobre nuestras formas de percibir, apreciar y actuar para neutralizarlos y, de este modo, captar mejor la vida social de la que hacemos parte.

Lo que es importante además es que el arte de la ruptura cae muy bien cuando enfrentamos el análisis de campos como el poder, el Estado, el científico, el religioso, el burocrático, el de las estructuras económicas, el de la industria cultural, entre otros. Las cosas no son como aparentar ser y nunca se presentan tal y cual son. Por ello es necesaria toda la imaginación posible para desenmascarar y para descubrir los mecanismos ocultos, las apariencias, las representaciones, los discursos y las argucias con las cuales se legitiman, se imponen y se validan.

La imaginación en el arte de la ruptura va acompañada de constantes quiebres y de instrumentos de pensamiento. Se construye, se estimula, se alimenta del ejercicio permanente de reflexividad, de la reflexión teórica, de las sospechas epistemológicas y de las ideas preconcebidas, de la mirada crítica al pasado, de la comparación de universos, de la búsqueda de nuevas formas de apreciar y de comprender, de medir y establecer los múltiples determinantes; también de dimensionar y de romper con “adhesiones y adherencias”. Rupturas y desenmascaramientos que también van dirigidas hacia las visiones parciales y falseadas que fueron construidas de antemano y de las falsas oposiciones o polarizaciones.

Pienso que en el campo ambiental, el arte de las rupturas cumple un papel central, sobre todo porque aporta a desvelar las argucias, los argumentos, los esquemas de imposición con los cuales, agentes de Estado y agentes corporativos legitiman y legalizan los actos con los cuales se lleva a cabo la destrucción del planeta. El arte de la ruptura y la sospecha, permite desenmascarar las falsas verdades con las cuales se impone el orden económico como orden natural sobre todos los territorios de la Tierra. Confronta las políticas, los planes y los programas que en nombre del "Desarrollo" y el "Progreso", así como del bien común y universal, se llevan a cabo y que conllevan a pletóricas afectaciones socioambientales que pueden llegar a ser irreparables e irreversibles. También para confrontar las argucias de aquellos que niegan el cambio climático y que defienden el incesante crecimiento económico como única vía posible de bienestar y felicidad.

Hacer rupturas no es fácil y sobre todo, hay que saber desvelar. Hay evidentemente que aplicar los instrumentos de pensamiento y reflexión para desenmascarar las trampas del sistema, las filosofías espontáneas, las legitimidades legitimadas, el conocimiento inmediato, la “naturalización” o el sustancialismo de los agentes sociales y de los fenómenos sociales, los testimonios biográficos, los conceptos y nociones, los trabajos anteriores, la aplicación de métodos que se transposicionan de un lugar a otro, los doxósofos, entre otros.

Pero también el arte de la ruptura (auto-ruptura) con una fuerte carga de reflexividad permite un mirarnos hacia adentro y comprender porque actuamos y pensamos como lo hacemos aun viendo que nuestras acciones provocan daños irreparables a los ecosistemas. O por qué ante las evidencias de destrucción continuamos siendo negligentes o desinteresados ante las injusticias y los daños ambientales. Por ello, el arte de la ruptura implica ejercitar no solo reflexividad sino también incorporar unos principios éticos basados en la responsabilidad, la precaución y el cuidado. Principios de justicia social y ambiental, de respeto por la diversidad, así como conciencia y emocionalidad ante la naturaleza.

El arte de la ruptura y la sospecha nos ayudan a escapar de las distorsiones, de los disimulos y de las deformaciones, de los falsos afanes interpretativos de la realidad y de los actos irresponsables que puedan provocarnos daños a nosotros, a nuestra especie y las demás especies y, por supuesto al planeta Tierra, nuestra casa común.  

miércoles, 11 de diciembre de 2019

APRENDIENDO A VIVIR EN LAS CONDICIONES DE LA VIDA. POR: ENRIQUE LEFF

APRENDIENDO A VIVIR EN LAS CONDICIONES DE LA VIDA
Conferencia Enrique Leff, 2019

Conferencia en el marco de la Cátedra Valle del Cauca
Doctorado en Regiones Sostenibles
Universidad Autónoma de Occidente
Mayo de 2019

DOCTORADO EN REGIONES SOSTENIBLES

Doctorado en Regiones Sostenibles de la Universidad Autónoma de Occidente

Entrevista a: Hernando Uribe Castro, Doctor en Ciencias Ambientales,
Director Doctorado en Regiones Sostenibles.

¿CÓMO PODEMOS CUIDAR EL AGUA?

¿Cómo podemos cuidar el agua?: una perspectiva desde el Doctorado en Regiones Sostenibles de la Universidad Autónoma de Occidente.

Entrevista a Hernando Uribe Castro

Hernando Uribe Castro, Doctor en Ciencias Ambientales

martes, 3 de diciembre de 2019

ÉTICA-ESTÉTICA Y AMBIENTE-SOSTENIBILIDAD


ÉTICA-ESTÉTICA Y AMBIENTE-SOSTENIBILIDAD:
Reflexiones y estudios de caso

Por:
PhD. Hernando Uribe Castro
Director Doctorado en Regiones Sostenibles


Ética-Estética y Ambiente-Sostenibillidad: reflexiones y estudios de caso
Hernando Uribe Castro, Rodrigo Ocampo Eivar Vargas, Renata Moreno y Germán Ayala.
Tengo el gusto de presentar a todos ustedes mi nuevo libro titulado “Ética-estética y ambiente-sostenibilidad: reflexiones y estudios de caso” publicado por el Programa Editorial de la Universidad Autónoma de Occidente y en el que participan colegas profesores y estudiantes de dos doctorados: "Doctorado en Regiones Sostenibles" de la Universidad Autónoma de Occidente y "Doctorado en Educación y Cultura Ambiental" de la Universidad Surcolombiana. 

Esta obra compila un conjunto de escritos relacionados con el ambiente, el ecologismo, la filosofía ambiental, las epistemologías del Sur y los conflictos ambientales, con el ánimo de provocar el debate, el diálogo, el disenso, el consenso y el encuentro con aquellas personas interesadas en los temas relacionados con el sistema viviente, con el papel que desempeña la humanidad en la vida planetaria y las tensiones y los conflictos resultado de ello.

Para el Instituto de Estudios para la Sostenibilidad y el Doctorado en Regiones Sostenibles es un placer compartir con todos ustedes -académicos, intelectuales, estudiantes, organizaciones sociales, tomadores de decisión política, entre otros públicos-, esta importante obra.

Link de books.google: