MIRADA
DE LA CIUDAD DE CALI DESDE EL RÍO CAUCA: REFLEXIÓN CORTA
Por
Hernando Uribe Castro
Magíster en Sociología
En el marco del proyecto “Asentamientos humanos en
el marco de la ciudad capitalista en Cali”, se realizó un recorrido por el río
Cauca en compañía de mis colegas investigadores y estudiantes. Y esto me obligó
a pensar que, regularmente, las miradas que se tienen de los ríos son
construidas desde la ciudad, pero casi nunca se tiene la mirada contraria, es
decir, ver la ciudad desde el río. Esto puede cambiar totalmente el panorama de
análisis y la panorámica del paisaje.
Recorrer
el río Cauca en lancha cambia totalmente la perspectiva de la ciudad que
tenemos. Percibir los increíbles daños ocasionados por las perturbadoras
acciones humanas en su sistema natural produce impotencia y dolor. Un río que
ha sido canalizado con jarillones y sobre el que se expresan diferentes tipos
de paisajes al igual que diferentes tipos de acciones sobre los ecosistemas.
Intervenciones humanas con industria, asentamientos, cultivos, obras de
infraestructura y desechos hacen del paisaje del río Cauca algo desolador. No
obstante, en medio de todo ello, persiste la vida acuática y algunas aves y
mamíferos, produciendo de algún modo razones para la esperanza. Confirma además
que la ciudad capitalista ha crecido gracias al detrimento del paisaje y al
sometimiento de ríos a cargas contaminantes y a tratamientos perfectamente
racionales, pero ambientalmente insostenibles,
y con costos humanos altos.
La ciudad a lo largo del tiempo creció de espaldas
a sus ríos, sus gobiernos se olvidaron de su existencia y sobre ellos se
realizaron transformaciones irreversibles en sus entornos que han afectado su
dinámica natural. En Cali, durante mediados del siglo XX existió el famoso Plan
Piloto que proponía una ciudad con cara al río, estos estructuraban la forma
urbana, pero de todo ello no quedó casi nada, pues este plan se hecho al
olvido.
Actualmente, entidades como la CVC hacen lo que
pueden por controlar y evitar que aumente esta catástrofe con este recurso. Se
comprueba un caudal en cuyo color achocolatado se puede evidenciar que arrastra
cantidad de tierra hacia el mar, como claramente lo hacía notar Gustavo de Roux
sobre la pérdida del suelo en Colombia.
Llama la atención la cantidad de asentamientos que ubicados
sobre el dique protector o sobre el lecho del Cauca desarrollan todo tipo de
infraestructura para ganar espacio al río y para desarrollar una tecnología en
la construcción de sus viviendas. Cimientos de casas elaborados con bolsas de
plástico llenas de tierra o con llantas y neumáticos sobre los que se hacen las
columnas que sostienen los techos en zinc.
Niños nadando y jugando sobre las orillas del río,
en medio de restos animales de caballos, cuyos huesos se limpian al fuego para luego venderlos, así como, posiblemente,
también su carne. Más grave aún, se observan también grandes empresas del
sector industrial de Yumbo que extraen agua o que descargan residuos tóxicos
sobre el río. Algunas de ellas con sus muros pegados a la orilla del río
incumpliendo la norma de espacio para cobertura. Otras papeleras sembrando
Eucalipto como respuesta a su daño ambiental. Un río que atraviesa un Valle
geográfico cargado de sembrados de caña de azúcar que poco a poco desertifica
la tierra y la hace improductiva.
El caso del río Cauca es solo parte de los
problemas que presenta la región con respecto al papel de sus ríos y su
relación con la ciudad. Nada más triste que ver cómo el río Meléndez muere en
un canal recolector de aguas que alguna vez fue otro río.
Todo un paisaje que preocupa, que perturba, pero
que a su vez invita a la movilización intelectual, social y política.
28 de mayo de 2012.